Cuando ha tenido que ser duro, lo ha sido. Cuando su equipo ha jugado mal lo ha dicho sin tapujos, sin rodeos, sin ocultar siquiera su parte de culpa. Pero el viernes, tras la sufrida victoria del Cáceres ante el Lucentum Alicante (65-64), Carlos Frade estaba muy satisfecho con el trabajo que habían hecho sus jugadores, a los que dio la enhorabuena y las gracias por el "esfuerzo" y el "sacrificio" hecho durante las navidades, entrenando incluso el día de Año Nuevo.

Satisfecho, aunque con matices, como las 18 pérdidas, el preparador del Cáceres repartió elogios entre sus chicos, destacando sobre todo a dos jugadores "que a veces son poco vistosos y por eso el público se fija más en otros", Richard Nguema y Miguel Lorenzo.

Del primero, que estuvo poco más de 20 minutos sobre la cancha, confesó que su alegría era especial. "Es un chico que no está teniendo un año brillante a nivel de sensaciones y creo que ha sido absolutamente vital para el equipo". Los fue, según el técnico, por sus labores defensivas, sus rebotes (seis, uno de ellos ofensivo) y "por llevar al equipo ordenado, al margen de que haya metido alguna canastita hizo 9 puntos". Tras los elogios, Frade lanzó su deseo, que no es otro que la gran labor de Nguema ante el Lucentum le ayude a jugar más relajado "porque es un pedazo de jugador".

El partizado de Lorenzo

No fue Nguema el único que obtuvo los elogios de su entrenador, que no se quiso olvidar de Miguel Lorenzo. "Estoy muy contento por él", confesó. El motivo, el pívot lucense no acaba de coger el ritmo por las lesiones. "Le faltaba esa chispita, pero ha hecho un partidazo. Estoy absolutamente alucinado con el partido que ha hecho Miguel en defensa, en ataque, en equipo... Es un muy buen punto de partida para él, porque lo ha hecho bien, pero aún puede aportar muchas más cosas".

La cara y la cruz

Destacó el entrenador otros dos aspectos de la victoria ante el Alicante, una positivo y otro negativo. Lo bueno, la cara, fueron los rebotes. El Cáceres capturó 41, 28 en defensa y 13 en ataque. Frade resaltó además que bajo su canasta solo le habían quitado seis, lo que supone que sus jugadores capturaron más del 80% de los rebotes que se dieron en su pintura, "las cifras de un buen equipo".

En el otro lado, la cruz, situó las pérdidas de balones, 18. No las justificó y avisó a sus jugadores que aunque su estilo de juego es rápido, "a veces hay momentos en los que hay que saber parar. Es clave para ser un buen equipo". "Estoy contento con la evolución del equipo, en la victoria y en la derrota", fue su conclusión.