Francia y México, los países que en 1930 inauguraron la historia de las Copas del Mundo, disputarán este jueves (20.30, Cuatro) en Polokwane un partido determinante para sus pretensiones de alcanzar la siguiente fase del Mundial de Suráfrica 2010.

El reto se ve especialmente enorme para México porque jamás ha superado a Francia y apenas le ha arrancado un empate en los seis partidos que han disputado desde el 4-1 de los franceses a los mexicanos para abrir la primera Copa del Mundo, la de Uruguay 1930. En su sueño por hacer historia y rozar los cuartos de final de Sudáfrica 2010, el México de Javier Aguirre considera al partido de Francia como el duelo vital y el más importante que jugarán en este Mundial al ser clave para la clasificación a la siguiente ronda.

Francia se juega muchas cosas además del prestigio, un poco golpeado por haberse clasificado al Mundial en la repesca, por lo que Raymond Domenech no quiere una sorpresa en un partido en el cual los antecedentes lo presentan como favorito.

Una derrota les pondrá a un tris de la eliminación, la victoria pondrá en el horizonte la siguiente ronda, el empate les dejará un sabor amargo y una muy lejana oportunidad en el tercer partido, en el que México jugará ante Uruguay y Francia ante los locales de Sudáfrica. El duelo en Polokwane aumentó su importancia por los empates previos de México-Sudáfrica (1-1) y Francia-Uruguay (0-0), que dejaron parejo al grupo A, aunque con una ligera ventaja para los que hicieron goles.

Francia ha marcado un gol en sus últimos tres partidos y no ha anotado en este Mundial, y aunque México ya marcó una vez en Sudáfrica 2010, la indefinición es un problema que sus delanteros buscan corregir.

México se siente bien cuando tiene el balón en sus pies. Gerardo Torrado es un gran recuperador y tiene compañeros como Paúl Aguilar que saben retenerla y ponerla en zona de peligro, donde Carlos Vela, Giovani dos Santos y Guillermo Franco, están pendientes. Aguirre tiene recursos para pelearle la pelota a Francia y tiene jugadores como Andrés Guardado, que muchas veces se ha echado el equipo a sus espaldas, y a Israel Castro, que se crece y lucha por el balón en media cancha.