En la noche del pasado miércoles, casi de madrugada, dejo de ser entrenador del Extremadura y ayer se despidió de los que han sido sus jugadores. Señalado por la emoción ha recogido sus cosas y se ha ido a su casa cerrando una etapa en la que tuvo tanta ilusión como contratiempos de todos los colores y sabores. Hoy es el exentrenador del equipo de su alma.

--¿Asimila ya su salida?

--No hay más remedio. Son situaciones que tienes que afrontar. Pero sobre todo lo asumo porque es algo pactado en lo que nosotros, y me refiero a Pepe (Tirado) y a mí, hemos tenido mucho que decir. Es más, se puede hablar de que hubo un momento en que éramos nosotros quienes pedíamos la negociación para dejar la entidad.

--¿Cuándo se produjo esa coyuntura tan inesperada?

--Pues al final de las muchas reuniones que hemos mantenido con personas del consejo de administración. Nos dimos cuenta de que no formábamos parte del futuro inmediato del proyecto, que nuestra salida podía beneficiar al club y para nosotros siempre fue lo más importante el Extremadura. La entidad y su historia están por delante de nosotros, del consejo, de los jugadores...

--¿Le ha dolido su salida?

--Me ha dolido, y no sabes hasta qué punto, que alguien pudiera pensar que soy un pesetero que estaba en el Extremadura por dinero. Esa es la injusticia más grande que alguien como yo puede soportar. El sueño de mi vida primero fue jugar en este club. Luego, ser su entrenador. En lo profesional, nunca voy a poner más ilusión en algo de la que he puesto en mi etapa en el banquillo azulgrana. Podré poner la misma, pero más nunca.

--¿Le puede haber faltado madurez, oficio, experiencia...?

--Eso no lo tengo que decir yo. Ni siquiera me parece que sea algo fácilmente valorable. Sí tengo claro que soy una persona que acepta la crítica, pero no el insulto, y he tenido que soportar muchos y algunos muy duros. Aunque lo doy todo por bien empleado porque he podido entrenar en mi equipo de mi alma.

--¿Cómo se ha vivido su salida del Extremadura en su familia?

--Como lo vive una familia que siempre rebosa cariño hacia mi. Tengo la suerte de tener una familia absolutamente espectacular, que me ha apoyado a muerte y de la que me siento muy, muy orgulloso. Todo un lujo.

--¿En ella se ha apoyado?

--En ella y en el equipo de colaboradores que he tenido a mi lado. Me parece un privilegio haber podido trabajar codo con codo junto a excelentes personas, grandísimos profesionales, que han dado la vida por el Extremadura. Es un orgullo poder decir que he trabajado al lado de Pepe, de Domingo, de Félix... Son gente excepcional, de una dimensión humana que pocos comprenden y simplemente conocerlos ya ha sido algo excepcional.

--No dirá lo mismo del consejo...

--Pues igual alguien se equivoca. Mis relaciones con el consejo han sido las que todo el mundo sabe. Pero siempre nos dijimos las cosas a la cara, sin engaños y muy claras. Si me molestaba algo es que se hicieran las críticas públicamente, con lo que legitimaba eso. No me imagino a Florentino Pérez diciendo en público lo que piensa de su equipo. Lo dice de puertas para adentro.