Ghana, un equipo lleno de francotiradores, como la ha definido Carlos Alberto Parreira, pondrá a prueba a una selección brasileña que llegó al Mundial con once titulares definidos y que ahora busca en el misterio la identidad para su formación.

Las estrellas negras juegan en el estadio de Dortmund sin presiones, dispuestas a clavar su bandera en la historia del fútbol mundial y los brasileños, defensores del último título, esperan hacer valer su tradición para seguir el viaje con última parada en Berlín.

Parreira y sus pupilos han remarcado que las fases de octavos y cuartos les plantearán los partidos de más tensión y riesgo. Advierten que superadas esas instancias los compromisos en semifinales y la final pueden ser más cómodos.

Para alcanzar el objetivo el seleccionador brasileño ha dado un giro de 180 grados en su trabajo, antes abierto para anticipar los jugadores que pondrá en la cancha y ahora parco, esperando la última hora para divulgar la alineación.

ROBINHO, BAJA Como único hecho confirmado está la ausencia de Robinho debido a una lesión muscular sufrida el sábado. Su ausencia deja la posibilidad de presentar la misma formación que jugó los dos primeros partidos (1-0 a Croacia y 2-0 a Australia) con Adriano al lado de Ronaldo. O también la de mantener a Juninho, como en la goleada por 4-1 a Japón.

El compromiso contra el único conjunto africano que sigue en el Mundial pondrá a prueba la relativa facilidad con la que los brasileños han superado el escollo de los octavos de final. En las últimas cinco ediciones Brasil cayó sólo una vez, en Italia-90.

Ratomir Dujkovic, que dirige a Ghana desde marzo del 2005, no podrá con el centrocampista Michael Essien, quien vio su segunda tarjeta amarilla en el último partido del grupo E ante Estados Unidos.