Frank Rijkaard se enfadó con el tono general que mostró el Bar§a en el partido frente al Blue Wings, en lo que fue el estreno de la gira asiática (1-0). El técnico lanzó el primer aviso. Antes de expresar su disgusto ante los periodistas, lo hizo ante la plantilla, tras el encuentro, con una bronca en el vestuario. "No he visto a un equipo en el campo", comentó Rijkaard, denunciando el escaso espíritu de colectividad que exhibió el Bar§a, algo que le disgusta profundamente porque sus esfuerzos van encaminados, precisamente, a crear un bloque que esté por encima de las individualidades.

AYUDAR AL COMPAÑERO Y lo que vio Rijkaard, precisamente, fueron individualidades. Ayer, con un tono de voz más bajo de lo habitual por un resfriado, destacó a Puyol, Larsson y Van Bronckhorst, precisamente algunos de los que se han incorporado más tarde al equipo. "Se han terminado las vacaciones", recordó, "y tenemos que entender que todos los rivales jugarán el partido de su vida".

No lamentó la falta de entrega, sino que cada uno realizara la guerra por su cuenta. Fue muy gráfico Rijkaard, aunque sin citar más nombres en público, cuando explicó las duras situaciones vividas ante el Blue Wings. "Si a un compañero le dan por todos los sitios, los demás deben reaccionar". Se refería a Ronaldinho, a quien nadie socorrió cuando fue el más castigado por la dureza de los surcoreanos, y a Xavi, que recibió una dura entrada por detrás que no tuvo "respuesta" de nadie. "Quiero más contundencia", dijo.

"La mentalidad del equipo tiene que verse ya. Además de la calidad, es fundamental que exista esta mentalidad para hacer algo bueno", insistió Rijkaard, que dijo no estar preocupado cara al comienzo de Liga porque "hay tiempo" para que el equipo asimile que debe empezar a carburar ya en los amistosos.