El español Oscar Freire estrenó su palmarés del año 2003 con los colores de su nuevo equipo, el holandés Rabobank, al imponerse con facilidad en la primera etapa de la Vuelta a Andalucía, disputada con salida y llegada en Córdoba.

Freire, que tiene un excelente palmarés en el que destacan un par de mundiales de fondo en carretera, invirtió en los primeros 179.6 kilómetros 4 horas, 46 minutos y 29 segundos; mismo tiempo que el alemán Erik Zabel (Telekom) uno de sus mayores enemigos en las llegadas masivas y que sigue que lograr cruzar este año una línea de meta en primera posición.

Los laureles de la jornada fueron para Freire, algo que no es ninguna sorpresa, aunque el protagonismo fue para el también español Xavier Tondo, del equipo Paternina Costa Almería.

LA AVENTURA DEL DIA

Se fue poco después de darse el banderazo de salida, hacía el kilómetro 14. Llegó a tener hasta trece minutos de ventaja cuando tan sólo se llevaban una cuarentena de kilómetros y fue neutralizado en el 140 tras 126 kilómetros de fuga.

Fueron los componentes de la ONCE Eroski los que no dudaron en marcar el ritmo de neutralización y poco después se unieron los de Rabobank del dos veces campeón del mundo Freire y los alemanes del Telekom que comanda el incombustible y uno de los corredores más laureados en la historia del ciclismo como es el alemán Erik Zabel.

Los kilómetros finales fueron bastante movidos, por los numerosos acelerones, en un terreno sinuoso y quebrado en el cual era difícil controlar, aunque los grandes favoritos para la general y también los muchos y buenos esprinters no escatimaron esfuerzos.

Mucho movimiento que sirvió para dar emoción y espectáculo, aunque a medida que se acercaba la línea de meta el buen trabajo de Kelme para su esprinters Isaac Gálvez se fue esfumando debido al acoso de los grandes especialistas, casos del Rabobank de Freire y Johan Museeuw y el Telekom de Erik Zabel.

ESFUERZO FINAL

El español, que conoce a la perfección el final en Córdoba ya que en el año 2000 ganaba en una etapa de la Vuelta a España, no dudo en asumir la responsabilidad dando la impresión de que se había olvidado de Zabel y que tenía plena confianza en sus fuerzas. Freire ganaba con facilidad a un Zabel que en ningún momento pudo seguir la estela del dos veces campeón del mundo.