Froome se convirtió en la tormenta que anunciaba la previsión del tiempo y demostró que está intratable al imponerse en la contrarreloj de 32 kilómetros entre Embrun y Chorges, por delante de Alberto Contador (Saxo), que perdió por 9 segundos y se subió al segundo escalón.

Intratable Froome, en los puertos y contrarreloj. El británico, nacido hace 28 años en Kenia firmó su tercera victoria en la presente edición y dio otro paso en su firme camino hacia París. En una actuación de menos a más, metió 9 segundos a Contador, 10 a un gran Purito Rodríguez, 23 a Kreuziger, 30 a Valverde y 1.11 a Nairo Quintana.

La general cambió de decorado en los escalones secundarios. El holandés Mollema se dejó 2 minutos y desapareció del podio, desalojado por el checo Kreuziger, que ahora es tercero. También avanzó al sexto puesto Purito, a 7.21 de Froome.

El líder no da tregua. La cronometrada era para escaladores, pero él lo es. Por eso ganó por K.O en Pirineos y en el Mont Ventoux. Si la crono es llana, como la de Mont Saint Michel, solo le gana el campeón del mundo, y si tiene dos puertos de segunda también se adapta.

Había previsión de tormenta, y de las grandes, a la hora de salida de Froome. El jefe del Sky salió con bicicleta convencional y remontó los 6 kilómetros del Col de Puy-Sanières (km 6,5) 2 segundos peor que Contador. Tras un descenso muy técnico y peligroso sumaba 11 segundos de retraso en la cima del Réallon (km 20). Momento para cambiar de bicicleta y utilizar otra de rueda lenticular. Fue como pasarse a un avión. Froome comenzó a limar segundos. A Contador le quedan ahora las tres etapas de los Alpes. Hoy comienza la batalla.