LA LAGUNA: (16+19+25+25) González (7), Heras (3), Rost (23), Donaldson (20), Román (10) --inicial--; Soria (4), Fariña (9), Marrero (-), Cabanas (9), Higuera (-).

PLASENCIA GALCO: (10+13+18+27) Tate (12), Lledó (10), Solá (2), Kaunisto (2), Wyatte (32) --inicial--; Almeida (-), Rodríguez (6), Salsón (-), De la Rosa (4).

MARCADOR POR CUARTOS: 16-10, 35-23 (descanso), 60-41 y 85-68 (final).

ARBITROS: Ricardo Santana y José Francisco Rodríguez.

INCIDENCIAS: Encuentro correspondiente a la vigesimosexta jornada.

El Plasencia Galco perdió con total claridad en la cancha del líder de la LEB 2, el Socas Canarias, que demostró con un dominio absoluto del partido (85-68) el por qué es el mejor de esta fase regular. Los de Iván Déniz nunca tuvieron opciones de pensar siquiera en que la sorpresa era posible, ya que enfrente se toparon con un equipo, el tinerfeño, que saltó a la pista muy motivado por el recuerdo de la derrota sufrida en el partido de la ida, aquel que acabó con su condición de invicto.

El conjunto visitante fue el peor parado en la locura en que se convirtieron los primeros minutos de juego, ya que los locales se desenvolvieron mejor al contragolpe, tremendamente beneficiados por las numerosas pérdidas de balón de su rival, catorce en toda la primera parte.

Un parcial de 14-2 hacía presagiar lo peor no porque los tinerfeños lo estuvieran bordando, sino porque los de Iván Déniz no veían aro a excepción de Nigel Wyatte, quien se fue hasta los 14 puntos al descanso y 32 en total.

La mejoría en defensa propició la reacción momentánea del Plasencia, que se llegó a poner a cuatro puntos (27-24 min. 18), pero en los instantes finales del segundo cuarto se quedó sin fuelle y la diferencia volvió a crecer hasta el 35-23 que reflejó el electrónico en el ecuador del choque.

COMO UN VENDAVAL El Canarias salió en tromba desde vestuarios y se comió literalmente a un Plasencia en el que sólo Wyatte anotaba, ya que a los 25 minutos de juego había convertido 20 de los 29 puntos de su equipo, y así era imposible.

Por fin apareció Tony Tate para diversificar un poco el ataque extremeño, aunque sólo sirviera para que la paliza no fuera de escándalo, pero así y todo el parcial con el que concluyó el cuarto lo decía todo: 60-41.

El último acto fue de puro trámite ya que el Plasencia hacía mucho tiempo que se había resignado a su suerte, pero tuvo que sufrir para evitar un marcador de verdadero escándalo.

Los placentinos, con esta derrota, mantienen su racha negativa lejos de su feudo. Los de Déniz no ganan a domicilio desde el 24 de noviembre.