Las opiniones consultadas por este diario sobre la idea de Luis Arroyo de crear un nuevo club de fútbol en Cáceres como alternativa al Cacereño rozan la unanimidad: hay que intentar reimpulsar a la entidad verde, a punto de cumplir 85 años de historia, pero también es lógico que, debido a la desconexión entre el propio club y la ciudad, surjan iniciativas como ésta.

Antiguos dirigentes y jugadores del Cacereño afirman sin miramientos que lo que sucede en el Príncipe Felipe está "de espaldas" a la capital, por lo que reclaman "un cambio" en la gestión y en la actitud del presidente y dueño, Félix Campo.

EN CACEREÑO Aunque varios de ellos reconocen el esfuerzo económico realizado por Campo, también le critican no haber sabido "ser cercano" con el aficionado medio. "Un club debe ser del pueblo", dice el exfutbolista Oñi, actual entrenador del Miajadas. En la misma línea se manifiesta José Félix Nevado, que fue presidente verde a principios de los 90 y que ahora reclama a los cacereño que "se impliquen más". Mientras, Germán Castro, que ocupó el cargo de vicepresidente deportivo, reconoce que Arroyo ha contactado con él para agregarle a su equipo: "Le he dicho que cuente conmigo, que si hacemos un club la gente de la ciudad nos apoyaría más que con este Cacereño con el que nadie se siente identificado nadie". Otra pieza en ese engranaje es Pedro Rocha, aunque aclara que no quiere "hacer daño" al Cacereño y que ahora "se debe" al Amanecer, para el que trabaja.