Que la crisis económica ha llegado al fútbol lo demuestra la cautela con la que --Florentino Pérez aparte-- han fichado este verano los equipos de Primera División. Algo parecido ha sucedido en Europa --donde también existe una excepción, el Manchester City--, pero con una singularidad: la crisis del ladrillo se ha hecho notar, y mucho, en los patrocinios de las camisetas. Hace solamente cuatro años, en la temporada 2006-07, la mitad de los clubs de Primera lucían el nombre de inmobiliarias o constructoras (cuatro) o estaban patrocinadas con dinero público (seis). Esta temporada, en cambio, los cimientos de la Liga son otros: las casas de apuestas.

Seis clubs de Primera (Madrid, Sevilla, Valencia, Málaga y Espanyol) lucen en sus camisetas publicidad de empresas de juegos on line. Podrían ser siete si a la lista se acabo sumando Osasuna, que a tres días de comenzar la Liga se encuentra sin patrocinador.

El equipo navarro es una buena muestra del momento que vive el fútbol, donde el dinero ha dejado de circular alegramente como sucedía hace años. "La camiseta de Osasuna tiene un precio íreclama su presidente, Patxi Izcoí. Si tenemos que salir sin patrocinio lo haremos, pero no aceptaremos un precio indigno".

Izco exige alrededor de 1,2 millones de euros para manchar la camiseta rojilla, precio que de momento ninguna de las cinco casas de apuestas que se han interesado por ella ha aceptado.

Algo más, en torno a los dos millones, recibe el Espanyol de Interapuestas.com, que empezó como patrocinador secundario y ha acabado como principal. Durante muchos años, el club blanquiazul promovió la empresa de conservas de su presidente, Daniel Sánchez Llibre, y después siguieron las inmobiliarias Grup Tarradellas y Quat, también ligadas a la directiva.

Otros patrocinios inmobiliarios cayeron por su propio peso. Restaura, que patrocinaba a Osasuna, acabó en suspensión de pagos. La experiencia del Deportivo con Martinsa-Fadesa, la empresa del expresidente accidental del Madrid Fernando Martín, no fue mucho mejor.

Al Valencia, el consorcio Valencia Experience le dejó a deber seis millones de euros, un dinero más virtual que el de Unibet, que le reporta unos 4 millones por temporada.

23 millones

El Real Madrid, tras la liquidación de BenQ-Siemens, su anterior patrocinador, también se lanzó a los brazos de las casas de apuestas. El club que preside Florentino Pérez cobrará 23 millones de euros cada temporada hasta la 2012-2013.

De hecho, aceptó en el año 2007 una oferta que el Barcelona había rechazado justamente dos años antes. Una parte de la junta directiva que presidía Joan Laporta apostaba por firmar el acuerdo con la empresa austriaca Bwin, pero se resolvió al final que el acuerdo no se ajustaba a la filosofía azulgrana y se decantó por la vía opuesta, pagar a Unicef por llevar su emblema en el pecho.

Esa decisión tiene un precio: 1,5 millones anuales para la organización proinfancia de la ONU, pero también lo tienen las apuestas, con lo que supone. Han cambiado los tiempos, los registros y la Liga española, en definitiva, que verá desde el sábado un nuevo año lleno de emociones, pero también de camisetas luciendo los nombres de casas de apuestas.