A veces en el fútbol se palpa la cercanía con la élite y en el Trofeo Cáceres, Patrimonio de la Humanidad suelen multiplicarse este tipo de vaticinios, pues jóvenes promesas de diversa procedencia dentro de la categoría juvenil se dan cita sobre el césped de la Ciudad Deportiva en la antesala del salto hacia categorías superiores.

Ya la cercanía de la grada hacia los jugadores sorprende en una categoría como la juvenil. Familiares desplazados desde bastantes kilómetros denotan que tienen puestas algo más que esperanzas en que sus hijos, sobrinos o nietos puedan llegar lejos dando patadas al balón y que pueda llegar un suculento contrato que colme las aspiraciones económicas a nivel familiar. "A mi Javi ya le han llamado de dos equipos de Primera División", comenta la madre de uno de los participantes en la final. "Aunque ayer jugó mejor que hoy. Será por el calor", remarca.

Echando un vistazo

Técnicos de la cantera cacereña debaten también la calidad de unos y otros. José Luis Díaz, técnico del Cacereño B y uno de los candidatos al banquillo del primer equipo tras el fiasco de Ismael Díaz, departe con Javier Moreno, técnico del Arroyo, equipo del que podría salir Carlos con destino al Numancia.

Sobre el tapete mucho talento y los goles que van llegando. El sevillista Alfaro demuestra el don de la oportunidad al límite del descanso y su compañero Jurado da muestras de su calidad con un golazo a la escuadra. Después, Dani con suerte y el extremeño Miguel, de penalti, dejaron el resultado en el 1-3 definitivo para que el Sevilla se llevase el trofeo a sus vitrinas con el añadido del de mejor jugador para Vázquez, su capitán. Dos horas antes, el Betis B se había impuesto en el tercer y cuarto puesto al entusiasta anfitrión Veracruz por un contundente 7-2.