"Queremos que la gente vea que estamos integrados y que hacemos cosas de todo tipo y que no solamente se acuerden de nosotros para el día de la emigración". Luis René Torrez habla con esa sutileza que caracteriza a los suramericanos. El protagonista es el presidente de la Asociación de Bolivianos en Cáceres (Abolca).

El y sus colaboradores ("somos 30 actualmente activos", explica) se afanan cada día por hacer actividades de muy diverso tipo para confirmar que son como el resto. Como ellos. Como todo el mundo, dicho rudamente. También, por supuesto, están muy involucrados en el deporte dentro de esa política de expansión en la que se están volcando con tanto sacrificio.

La prueba, a partir de las 17.30 horas, cuando se disputen las finales del Mundialito de la Paz y la Unidad de fútbol sala, que cumple este año su quinta edición. Será en el pabellón Serrano Macayo y se espera que sea un buen espectáculo deportivo y social.

Desde el pasado mes se ha desarrollado esta particular competición, que ha contando con el arbitraje de colegiados locales y que ha reunido a 6 equipos de varones, 4 de mujeres y de jóvenes de 13 a 15 años.

Sobre la pista estarán Bolivia y Badajoz, los finalistas por primera vez. Han participado Senegal, Paraguay, Colombia y dos equipos españoles: el pacense y otro de Cáceres. Es la competición más universal. El fútbol sala bajo un prisma integrador.