Personas llegadas de todos los puntos de la región se unieron en la mañana de ayer para despedir a uno de los entrenadores más laureados de la región. Entrenadores, directivos y jugadores de los distintos equipos por los que Gori pasó quisieron darle el último adiós en Almendralejo.

Las muestras de cariño hacia Cati, su mujer, y sus cinco hijos, que estaban destrozados, se sucedían en un abarrotado templo. Delante de ellos, el féretro rodeado de flores y coronas enviadas de distintos clubs, del cuerpo técnico y plantilla del Extremadura y de sus amigos y familiares. En la parroquia de la Purificación no se podía andar. Estaba llena de personas que querían dejar su testimonio de tristeza y dolor por la perdida de un ser querido.

Gregorio García, Gori , no era amigo de las fotografías. Le gustaba trabajar en segundo plano, pero ayer quedó patente que eran muchas las personas que le estimaban y reconocían su persona.

LUIS VERDE Por otra parte, ayer se conocía también la muerte del exjugador del Extremadura Luis Verde. Madrileño afincado en Valencia, sufría un grave problema estomacal. Jugó como azulgrana a mediados de la década de los 90, incluso en Primera.