En el mundo del fútbol lo único honrado que existe es el balón. Los aficionados entran en la categoría de ilusos y crédulos. Puesto que las gestiones son opacas y no todo el dinero que se mueve tiene color confesable, nunca sabremos cuál era la situación económica del Club Polideportivo Cacereño antes de la llegada de Félix Campo. No debía ser muy boyante cuando la directiva puso pies en polvorosa y no hubo un solo "eterno enamorado" del club que estuviera dispuesto a poner su dinerito para salvarlo. Hubo que esperar a que alguien "de fuera" viniera a salvarlo. De ahí que la llegada de Campo se recibiera con halagos y esperanzas sin par.

Durante alguna temporada cumplió con su promesa y despertó la ilusión que se había perdido. Pero en ese mundo las ilusiones y el halago duran poco tiempo. Menos que los buenos resultados deportivos y al poco pasó a ser objeto de rumores y sospechas en las que se mezclaban episodios de su vida privada, luego judicialmente desmontados, con sus negocios y la falta de buenos resultados deportivos. ¿Qué había pasado? Dos cosas. En primer lugar no estuvo afortunado a la hora de elegir asesores y ello le condujo al fracaso deportivo. Como consecuencia, en segundo lugar, le hizo perder la ilusión.

Sin ningún tipo de éxitos y sin ilusión ¿cómo es posible que continúe en el club?, se preguntará el lector. Si alguien tiene datos de que gana dinero merced al bingo y que la urbanización del entorno del campo es su ambición, que los muestre. Yo no los tengo y por eso creo que debe meditarse sobre el hecho de que haya tenido ofertas de más de trescientos millones de pesetas y las haya desechado.

¿No habrá algo de orgullo y de venganza por los agravios recibidos? Si fuera así tal vez el culpable no sería solo ni principalmente él sino quienes no han sabido hacer una oferta con elegancia y buenos modales y han utilizado a los medios de comunicación para sus fines.

Ahora bien, un orgullo malentendido no debe conducirle al autismo y debe saber que la venganza es estéril. Bástele complacerse con los parabienes que recibió en sus primeras comparecencias, goce con las primeros éxitos y deje abierta la puerta como lo hacen los hombres de altas miras. Félix Campo entró en la historia del club haciendo disfrutar al aficionado.

Ojalá tenga la habilidad de salir sin dar portazos y propiciando un futuro ilusionante. Y. si alguien, ¿deberá ser "de fuera"?, pretende la compra el club ya sabe cómo debe plantearlo. Discreción, humildad y buenas maneras. Porque todos tenemos nuestro corazoncito, nuestro orgullo y nuestra dignidad. Y nuestra cartera.