Llegados a estas alturas del año, con la temporada recién terminada y los jugadores haciendo las maletas, siempre surgen las misma preguntas en el entorno del Cacereño. ¿Y ahora qué? ¿Tendrá continuidad el proyecto? ¿Habrá muchos cambios? ¿Pocos? ¿Se hará un proyecto ambicioso o simplemente de supervivencia? Son siempre muchos los interrogantes, pocas las respuestas concretas que se pueden obtener. Siempre igual, como si el Cacereño estuviera atrapado en el tiempo, en su propio día de la marmota .

La semana pasada, en una entrevista en este diario, el consejero delegado del Cacereño, Antonio Martínez Doblas, desmentía los cíclicos rumores sobre su posible salida del club y asegura que seguirá, aunque sin cerrar ninguna opción: "Yo doy todo por el Cacereño, pero tengo mi límite. No mi límite emocional, sino crematístico. Habrá que ordenar un poco más el club y ver dónde se puede jugar y todas esas cosas".

El viernes, en la tradicional comparecencia ante la prensa previa a los partidos del fin de semana, el entrenador, Julio Cobos, manifestó su deseo de prolongar un contrato que expira el 30 de junio. "Si el club quiere yo estaría predispuesto a hablar, aunque todavía es pronto. He visto que el presidente tiene ciertas dudas, pero también ha tardado en decidirse las últimas temporadas", dijo, restando importancia a la incógnita temporal sobre su continuidad o no.

En cuanto a la plantilla, solo hay cinco jugadores que tienen contrato para el próximo año: Santi Amaro (31 años), Raúl Medina (30), Chapi (25), Checa (30) y Vargas (29). Pero el hecho de que tengan firmada una temporada más no implica que vayan a seguir. Destacable en este caso es el portero Vargas. Llegó el pasado verano como teórico titular, pero ha sido suplente toda la temporada (solo ha disputado un partido y medio en la Copa del Rey) y cuando hubo que suplir a José Fuentes por sanción, el elegido por Cobos fue Miguel López, tercer portero. En la última jornada, incluso, el técnico se llevó a Cartagena al suplente del filial, Dani, dejando a Vargas fuera de la lista de convocados.

A Chapi se le renovó el contrato a finales de año, cuando fue el más destacado en la eliminatoria de Copa contra el Málaga. Raúl Medina, el fichaje estrella de la temporada que acaba de terminar, no juega desde principios de enero por una lesión. Y Santi Amaro y Checa, dos pulmones en el centro del campo, pueden ser la base con la que iniciar la confección del equipo.

Pero no son los únicos. Pasa todos los años. Durante el próximo mes los jugadores no sabrán cuál es su destino. Unos se quedarán y otros ser irán, y entonces empezará el baile de fichajes para confeccionar un proyecto que vuelva a ilusionar a la ciudad. Nada nuevo.