Alba Vázquez aprendió a nadar por el miedo de su madre a que se ahogara. Ahora tiene 17 años y es campeona del mundo de natación. También ha pulverizado un récord mundial. Su madre tenía razón en apuntarla a este deporte. La semana pasada en el Campeonato del Mundo júnior en Budapest (Hungría), Vázquez se colgó la plata en 200 metros estilos y el oro en 400, incluido un récord del mundo júnior. Su marca de 4.38.53 solo es el preámbulo de lo que Alba va a dar a la natación.

De origen canario, aunque criada en Huelva, entrena en Málaga con el técnico catalán Xavi Casademont. Precisamente la comparan con la mejor nadadora por excelencia, la catalana Mireia Belmonte. En abril de este año ambas pudieron compartir podio: Vázquez se coronó subcampeona de España absoluta por detrás de la badalonesa en 200 estilos, la disciplina que saca a relucir el talento de ambas. "He visto las comparaciones con Mireia y no creo que se pueda comparar; mi mejor estilo es la braza y ella destaca por su crol y su mariposa", ha reconocido Vázquez a su llegada a Sevilla.

Modesta y con los pies en la tierra, sus logros a los 17 años ya son de profesional. Y ese parece ser su número. Su marca en el oro de los 400 estilos, 4.38.53, es el 17 registro del ranking mundial sénior. Si hubiera participado en la final absoluta de esta disciplina en el Mundial de Gwangju (Corea del Sur) del mes pasado, habría sido la séptima clasificada. Y sí, Vázquez tendría la mínima para Tokio 2020.

CAMINO A TOKIO

"Me veo en los Juegos? Bueno, vamos a mantener el nivel e intentar bajar dos segundos la mínima para el año que viene", explicaba Vázquez, "creo que es posible". Tras dejar atrás la categoría júnior, la onubense se perfila como digna rival de Belmonte, que pasa por uno de los momentos más bajos de su carrera. En la preliminar a los 400 estilos de Gwangju, la badalonesa nadó 3,5 segundos más lenta que Vázquez en Budapest, con un registro de 4.42.16. Al quedar en el puesto 13 de 26, Mireia ni siquiera pisó la final.

Atrás también deja Vázquez el récord mundial de la británica Rosie Rudin que, en el penúltimo mundial, celebrado en Singapur en el 2015, obtuvo un registro de 4.39.01. Lo superó aquella niña que empezó nadando para que su madre, cuando la acompañaba a la playa o a la piscina, estuviera "más segura de que no iba a tener problema" con que se ahogara. Alba confesaba divertida que, al final, su madre siempre le "echaba un ojo". Ahora poca falta hará.

"El campeonato que he realizado ha superado muchísimo todas mis expectativas, ha reconocido Alba Vázquez tras el fin del Mundial. En su mejor verano, la joven ya había conquistado en julio el oro en 400 estilos durante el Europeo de Kazán (Rusia). "Vine a Budapest con la idea de intentar conseguir medalla en el 400 estilos, porque ya había sido capaz en Kazán de ser campeona de Europa", ha explicado al cierre de la competición.

RÉCORD ANDALUZ

También en Budapest conquistó la plata en 200 estilos, una disciplina en la que admite no sentirse tan cómoda. Sin ser su mejor ejercicio, rompió otro récord, esta vez uno de su tierra. Con sus 2.13.43 se hizo con el récord absoluto de Andalucía que había atesorado la malagueña María Peláez durante más de una década. En 1997, la olímpica se coronó campeona de Europa en Sevilla con sus 200 mariposa.

Puede que por ello Vázquez le guarde cierto cariño a esta categoría: "No sé si me hizo más ilusión incluso que la medalla de oro de los 400 estilos, porque no me lo esperaba". Y es que ella se veía última y terminó sin saber en qué posición. "Cuando toqué la pared y lo primero que escuché fue a las de España gritar un montón, pensé que había quedado tercera", ha dicho, "ver en la pantalla que era plata fue demasiado impresionante".

"Por la puerta grande" se despide Alba de la categoría júnior y entra esplendorosa en la absoluta. El futuro le pertenece.