La decisión parece ya tomada. Y no porque el prestigioso Times anunciase ayer, reservándose la fuente, que Ron Dennis, patrón del flamante pero liado equipo McLaren-Mercedes, ha comunicado ya a Fernando Alonso, actual bicampeón del mundo, que puede empezar a buscarse equipo. Hace ya mucho tiempo que Alonso puso a sus asesores a trabajar sobre la idea de abandonar el equipo angloalemán cuanto antes, en cuanto descubrió que ni recibía ni iba a recibir trato de bicampeón del mundo. Alonso solo retrocedería si, al llegar a Turquía, el próximo 23 de agosto, viese un cambio de actitud en Ron Dennis, cosa que no descarta su mánager, Luis García Abad, una vez demostrado que ellos pueden forzar la máquina para irse.

Desde que se dio cuenta de que todo estaba contra él, hace algo más de tres meses, en Montecarlo. Cuando Alonso comprendió que Dennis se sometía al criterio de la familia Hamilton y acusaba la presión de los poderosos medios de comunicación británicos, fue cuando ordenó a García Abad que empezase a buscar como desembarazarse del acuerdo con la escudería de Woking.

LIBERTAD IMPOSIBLE El primer problema con el que se topa Alonso a la hora de intentar comprar su libertad es que se trata de un precio imposible. El motivo no es otro que la enorme cantidad que, de poder, debería de abonar al equipo. Fuentes consultadas por EL PERIODICO aseguran que la posibilidad de rescindir el contrato es imposible por doble motivo.

Uno, porque Dennis y Alonso firmaron una cláusula que obliga al español a estar un año sin correr --algunos lo llaman inadecuadamente sabático-- si rompe el acuerdo unilateralmente. Y, dos, porque los dos patrocinadores que Alonso aportó a McLaren en el momento de la firma, el Banco de Santander y Mutua Madrileña, firmaron con la escudería y no con el asturiano. De forma que, de irse el bicampeón, ellos no tendrían más remedio que seguir vinculados cinco años (tres más dos es el acuerdo) a la escudería.

Suponiendo que Alonso pretendiese comprar su libertad hay quien especula con la posibilidad de que Dennis le obligase a pagar el montante de lo que pagan sus patrocinadores durante esos cinco años. El Santander paga unos 19 millones de euros por temporada y Mutua Madrileña, unos 6 millones, lo que arrojaría un total de casi 125 millones de euros en cinco años, las ganancias de Alonso todos esos años. Imposible de pagar.

GANANCIAS DE DENNIS Si Alonso no puede pagar y sus patrocinadores no pueden irse, es evidente que Ron Dennis tiene las de ganar: puede dejar libre a su bicampeón y quedarse con todo el dinero que él ha aportado a la escudería durante los próximos cinco años. Si no le tocan el bolsillo, el patrón británico podría estar en condiciones de aceptar una negociación que permitiese a Alonso abandonar su escudería a final de temporada. Máxime si, como parece ser, a Mercedes no le importaría renunciar a Alonso si, como contrapartida, logra atar a su compatriota, el alemán Nick Heidfeld, que dejaría vacante su asiento en BMW para que pudiera, tal vez, ocuparlo Alonso. Eso posibilitaría el salto de calidad que persigue la firma automovilística alemana que, a partir del próximo año, abandonará el nombre de Sauber para correr solo con el de BMW.

The Times anunciaba ayer que Dennis ya le ha dicho a Alonso que puede buscarse equipo para el 2008. El intercambio con BMW-Sauber y Heidfeld --un veterano piloto de 30 años que no molestará a Hamilton pues lleva 127 carreras sin ganar-- es posible aunque el alemán Mario Theissen, responsable del team BMW y gran admirador de Alonso, acaba de reconocer a la agencia Sport Informations Dienst: "De momento, el caso Alonso no es de nuestra incumbencia".

OTRAS SALIDAS Si Alonso lograse un acuerdo amistoso con Dennis tendría muchas más salidas. Estaría también Toyota. Nadie tiene más dinero que los japoneses, pero ni el equipo ni el coche permitirían al bicampeón aspirar, de momento, al título. Y siempre le quedará Renault, donde Carlos Ghosn, su presidente, acaba de aprobar una inyección de 50 millones de dólares para mejorar las instalaciones de la escudería francesa. Y en Renault está, cómo no, Flavio Briatore, el hombre que le hizo bicampeón.