Cerca de las diez de la noche de hoy, el Cáceres 2016 espera estar clasificado ya para la fase de ascenso a la LEB Oro que jugaría en casa dentro de solo seis días. A las 20.00 horas recibe al Caja Rioja en un enfervorizado Pabellón Multiusos con el objetivo de cerrar la eliminatoria y no dar opciones a lo que a estas alturas sería una sorpresa. El baloncesto cacereño está ante una gran oportunidad y todos parecen haberse conjurado para que la situación continúe yendo con el viento a favor.

Como es previsible, en las declaraciones públicas no se le da bola a la euforia, pero todos saben que la LEB Oro está a apenas 120 minutos jugados al calor del hogar, donde no se pierde desde principios de diciembre pasado. La voracidad por ganar que ha caracterizado a este equipo en la segunda parte de la temporada está más a prueba que nunca. Es de suponer que una derrota equivaldría a un golpe moral del que solo los más fuertes pueden recuperarse: unas horas después habría que viajar de nuevo a cancha ajena para jugar el tercer y definitivo partido.

ENTRE BROMAS A los jugadores no hace falta que se les explique la importancia del partido ni que se les motive. Profesionales veteranos como José María Panadero y Harper Williams, que mañana cumple 37 años, parecían tranquilos e incluso bromeaban en el último entrenamiento, que tuvo lugar ayer por la mañana. Otros como Kelvin Peña o Félix Ortiz probablemente nunca hayan jugado ante tanto público como lo harán hoy.

El trabajo después de ganar el martes en Logroño (76-83) ha sido el de apuntalar pequeños detalles tácticos, como evitar las penetraciones de los bases David Navarro y David Mediano y que el jugador más valioso de la LEB Plata, Stevie Johnson, siga sin ser un factor. Hasta la cuestión física está respetando a los cacereños en este momento cumbre de la temporada, ya que no hay jugadores con problemas.

Los más optimistas hablan de más de 4.000 personas en el pabellón, de que difícilmente los riojanos conseguirán sacudirse la presión de un ambiente espectacular, que se iniciará cuando a las 18.30 muchos aficionados se congreguen en El Bombo para acudir juntos al partido.

GANAS DE COMPETIR En el Cáceres 2016 se trabaja para que esa creciente locura no se le vuelva en contra. "En el equipo lo que hay son ganas de competir, de hacernos muy fuertes en casa, como ha pasado en la segunda vuelta", afirmaba tras el entrenamiento su entrenador, Manuel Piti Hurtado, que no quiere oír hablar ni una palabra sobre los detalles de la fase final... todavía. "Hay un componente muy grande de ilusión si ganamos, pero en lo que hay que pensar es en el Caja Rioja, un rival herido, al que no le queda ninguna bala, y que irá fuerte para crearnos dificultades desde el principio del partido", explica.

Aparece la euforia como enemigo. "El jugador siempre quiere jugar ante su gente, eso está claro. Lo que hay que hacer es el trabajo interno para que no te afecte mucho lo que hay fuera, pero tampoco estamos jugando una final de Euroliga", añade Hurtado. Su receta es, sobre todo, que su equipo "se divierta jugando, porque cuando ha sido así ha sido sinónimo de victoria".

Los códigos de los playoffs se imponen en días como éste y las lecciones del pasado martes no deben olvidarse, pese a la victoria. "Al principio de partido no metimos algunos tiros que normalmente metemos y quizás al final también hubo algo de miedo a ganar, pero tampoco fue un típico partido de playoff en el que estuviésemos super agarrotados", analiza el entrenador, que ofrece una imagen poderosa para resumir lo que se respira en el vestuario: "saltamos con red y tenemos que saltar alto".