Justo antes de que empiece la temporada, los equipos de MotoGP han de precintar los siete motores que utilizarán a lo largo de todo el Mundial. Aquellos propulsores que han probado y que creen son los ideales para afrontar el campeonato se precintan y se utilizan con cuentagotas. Cada vez que se produce un problema y, ya no digamos, una rotura, los equipos tiemblan pues es un propulsor menos que tienen.

Mugello (Italia), un trazado donde los técnicos apuran al máximo las revoluciones de sus motores para poder superar los 330 kms/h. en su inmensa recta con subida y final en cambio de rasante, es el lugar donde más sufren y donde más roturas se producen. Dicen que, el pasado fin de semana, Yamaha rompió dos motores, Ducati otros dos y Suzuki uno, lo nunca visto en muchos años.

ROMPEN LAS DOS YAMAHA

Jorge Lorenzo (Yamaha) rompió el motor que iba a utilizar en carrera siete kilómetros antes de concluir el ensayo del mismo domingo por la mañana. Si no hubiese roto al final del conocido ‘warm-up’ (el entrenamiento del domingo por la mañana en el que se prueba la moto en condición de gran premio), Lorenzo hubiera utilizado ese motor en carrera y, lógicamente, se hubiese roto a las cinco o seis vueltas, exactamente lo que le pasó a su compañero Valentino Rossi, que tuvo que abandonar. “Tenemos, seguro, algún problemilla con alguna pieza nueva en el motor”, dijo Lorenzo, “y, de momento, no estamos muy preocupados porque no sabemos si es grave o no. Nuestros ingenieros tienen ahora 10 días para averiguar qué ha ocurrido pero sospechamos que los dos motores, el mío y el de Valentino, se han roto por el mismo problema”.

Lorenzo salió a correr con el motor con el que acabó segundo, tras Rossi y delante de Marc Márquez (Honda), en el Gran Premio de España, disputado en Jerez. El tricampeón mallorquín de MotoGP dijo, por error, que había ganado en Mugello “con un motor nuevo (que sería el cuarto de los siete que tiene), que ha funcionado muy bien aunque, cuando te ponen un motor nuevo, temes que pase algo”. No, el propulsor que permitió ganar a Lorenzo no era nuevo, era el de Jerez, probado y más que probado.

MÁRQUEZ, MUY INQUIETO

Mientras Yamaha investiga qué les pasó a los propulsores de Rossi y Lorenzo (desde 2006 la fábrica de los diapasones no tenía un domingo tan desgraciado en cuanto a la rotura de motores),Márquez se desespera con la escasa aceleración, especialmente a la salida de las curvas, y la poca velocidad punta de su Honda RC213V. En Mugello, la Ducati de Andrea Iannone, que rompió el récord de velocidad punta al alcanzar los 354,9 kilómetros por hora, le sacaba casi 10 kms/h. más en la recta.

“No puedo decir nada, pues sé que los ingenieros de Honda y todo el departamento de competición de mi fábrica (HRC), está trabajando a tope para intentar aportar soluciones, cuanto antes, a este problema”, reconoce Márquez. “Una cosa sí tengo muy clara: no voy a poder seguir arriesgando tanto para recuperar, en las frenadas o en el paso por curva, lo que me sacan todos, Yamaha, Ducati y hasta Suzuki, en la recta. Es demasiado riesgo. En Mugello arriesgué porque el que iba delante era Jorge (Lorenzo), que es líder del Mundial, y pensé que tenía que impedir que sumase más puntos que yo, pero no podré seguir así”.

Márquez está esperando como ‘agua de mayo’ que llegue el test del lunes, 6 de junio, tras el Gran Premio de Catalunya, que se celebra, dentro de 15 días, en Montmeló. “Necesito que Honda saque de donde sea una decimitas para poder aguantar los ataques como el de Jorge en la recta de Mugello. Espero que el test de Barcelona sea como el del año pasado cuando conseguimos mejorar mucho nuestra moto con algunos retoques y pudimos hacer una segunda parte de Mundial muy buena”.

NADA NUEVO EN EL MOTOR

Preguntado si podía contar qué espera de ese test, Márquez dijo: “Hombre, no creo que lo pueda contar, pero me han dicho que traerán un chasis nuevo e, incluso, algún basculante distinto. Pero, ya os digo, no sé mucho. Desde luego, no hay nada de motor, pues los siete que tenemos están precintados, así que habrá que tratar de obtener esas decimitas de algún otro sitio, pero las necesitamos, de lo contrario vamos a sufrir todo el año y será muy difícil aguantar la potencia, especialmente de Yamaha y Ducati, que es superior a la de nuestra moto”.

Márquez quisiera “una moto como la del 2014”, año en que llegó a ganar 10 carreras seguidas, “pues con aquella moto no me daba miedo, todo lo contrario, luchar cuerpo a cuerpo con cualquiera; con esta, con la de este año, es una locura intentarlo e, insisto, en Mugello lo probé porque debía pelear con el líder del Mundial para tratar de reducir la distancia (ahora de 10 puntos), pero no puedo probarlo en todas las carreras, pues corro el peligro de caerme”.