A su edad Lance Armstrong piensa en reengancharse. Txente García Acosta, 38 años, también mira al futuro porque en su particular agenda ya tiene marcado en rojo el Tour del 2009. Cumplirá entonces su 13 presencia en la ronda francesa. Es, junto a José Luis Arrieta, su amigo del AG2R, el único gregario en activo de Miguel Induráin. Pero llamar gregario a Txente hasta suena mal, porque Txente no es un doméstico sino un profesor de este deporte que ayer obsequió a la Vuelta con una clase magistral al marcar el terreno para que su compañero Imanol Erviti lograra el triunfo en Las Rozas.

Hubo fuga consentida. Era escapada de pillos, de verdaderos expertos. Allí estaba Iñigo Cuesta, camino de los 40 años. También Bettini con su jersey arco-iris y Flecha el día después de 31 cumpleaños. Entre los escapados, en cambio, había dos jóvenes prometedores. Uno era Erviti, otro navarro con pinta de Induráin, el último descubrimiento de los Echávarri y Unzué, el chico que va haciendo cosillas, pequeños obsequios que no pasan desapercibidos para demostrar que un día no muy lejano se decidirá a actuar en una clasificación general cuando mejore en la montaña y la contrarreloj. El otro, Nicolas Roche, hijo del mítico Stephen, rival de Delgado. Y ambos, al esprint, se jugaron la victoria en Las Rozas.

"Tú no te pongas nervioso y déjame hacer a mí". Fue el consejo de Txente a Erviti. Dieciocho hombres formaban la escapada y era necesario desgastar al grupo. Así que Txente se dedicó a atacar una y otra vez. Y una y otra vez 16 adversarios se lanzaban a por él. Mientras, en silencio y como si la etapa no fuera con él, Erviti guardaba fuerzas. Y no falló.