David de Gea fue el elegido por Vicente del Bosque para la portería de la selección española en el debut en la Eurocopa 2016 contra la República Checa, un ejercicio de tranquilidad, concentración, un par de paradas, la última decisiva, sin goles encajados, en la culminación de la "transición dulce" de La Roja bajo los palos.

De Iker Casillas, hoy suplente por primera vez en el estreno de un gran torneo de la selección española desde que agarró la titularidad allá por 2002, a De Gea, un tipo tranquilo, como lo demostró en su debut en la Eurocopa desde el inicio del calentamiento, del que se marchó antes al vestuario.

Mientras Iker Casillas y Sergio Rico detenían, despejaban o esperaban los lanzamientos de los futbolistas ofensivos de España, De Gea ya estaba en la caseta para prepararse para el comienzo del encuentro, con sus compañeros ultimando calentamiento en el césped.

Dos camisetas rojas gigantescas (de España y República Checa), el símbolo de la Eurocopa, movidos por unos cien jóvenes al ritmo de la música sobre el terreno de juego, la bienvenida de Toulouse al torneo, amenizaron los momentos previos, todos expectantes ante el estreno. Dentro, en el vestuario del estadio, la última charla antes del encuentro; fuera noventa minutos frente a la República Checa.

De Gea saltó el campo el segundo de la fila, sólo por detrás de Sergio Ramos, el capitán de la selección, escuchó con gesto serio, concentrado, los himnos de uno y otro equipo, enlazado a su derecha con Gerard Piqué y a su izquierda por Sergio Ramos, dos de los hombres más importantes y con más carisma del vestuario español.

De amarillo, con el número 13, saludado por sus compañeros, abrazado por Jordi Alba durante unos segundos, por Cesc Fábregas, besado por Juanfran Torres... Se colocó los guantes, se acercó al árbitro polaco Szymon Marciniak para comprobar el balón y su presión y se dirigió a su portería. Toco un palo, otro, se movió, saltó...

Y se preparó, camiseta por fuera, para parar. Sin tocar la pelota más hasta justo el minuto 24, para despejar con el pie derecho un pase atrás de Juanfran Torres. Once después atrapó con calma un balón largo de su rival, en el 42 se la cedió Jordi Alba y se la devolvió y en el 44 detuvo un tiro centrado de Tomas Necid.

Nada más en todo el primer tiempo, alguna voz a sus compañeros para el repliegue. Mientras, en el otro área, Petr Cech ya había despejado dos ocasiones de Morata, otra a Jordi Alba, había repelido un duelo individual contra David Silva.... Luego, en el segundo, hubo más ocasiones de España mientras De Gea era casi un espectador.

Hasta que en el 49 atrapó otra vez un balón fácil, después, en el 57, se estiró para agarrar un remate raso de Roman Hubnik y más tarde sintió una inquietud aparente, porque la República Checa ya sí lanzaba contragolpes. Luego, un centro pasado fue suyo y después salvó el triunfo, iniciado por Gerard Piqué en el minuto 87, y retenido por él en los instantes finales a una volea rival.

Su debut en la Eurocopa ya es un hecho. Ante 33.000 espectadores, sobre el césped del estadio de Toulouse, un campo construido para el Mundial de 1938 -remodelado varias veces posteriormente- y coloreado de rojo por las camisetas de los aficionados españoles (unos 8.000) y checos en las gradas, y sin lluvia, insistente desde horas antes, terminada después, en el estreno en un gran torneo de De Gea.

"Si vemos que lo ocurrido merma las capacidades del jugador tomaríamos medidas, en caso de que no sea así actuaríamos como íbamos a hacer, sin ningún problema", aseguró Del Bosque en la víspera. No cambió su idea. El portero del Manchester United fue el elegido para cubrir la meta española en el debut en Francia 2016.

Por la mañana, en el hotel de concentración, quedó resuelta la duda que había centrado las últimas ruedas de prensa de España. ¿Quien jugará? ¿Cuando tomará la decisión? ¿Jugará Casillas o de Gea? Incluso, algunas de esas interrogaciones se trasladaron a las comparecencias de la República Checa en el día antes al encuentro.

La declaración de la testigo protegida que implicaba al guardameta en la concertación de una cita sexual hace años, publicada el pasado viernes, tampoco alteró los planes del técnico, que culminó la "transición dulce" de la que hablaba desde octubre de 2014: De Iker Casillas, en su quinta Eurocopa, una leyenda, a De Gea, 25 años, 10 partidos con la selección y debutante este lunes en una Eurocopa.