No tienen miedo, han ganado a las mejores, juegan con desparpajo y se sienten protagonistas en este Mundial femenino de Francia 2019. Lucía García (Athletic), Aitana Bonmatí y Patri Guijarro (Barça) vienen de ser subcampeonas del Mundial sub-20 hace tan solo un año, donde estuvo la extremeña Carmen Menayo (Atlético), que no está en estra cita. En él se erigieron como protagonistas, deslumbrando a un mundo del fútbol que ya apuntó sus nombres. Eran no solo el futuro de España, sino del fútbol europeo. A ellas se suma la realista Nahikari García (1997), goleadora de su equipo en la Copa de la Reina ante el Atlético de Madrid y la delantera más prometedora del fútbol español.

Las dos jugadoras del Barça han disputado seis finales entre la sub-17 y la sub-20. Nahikari lo ha hecho en cinco ocasiones, y Lucía García en cuatro. En categorías inferiores, nadie duda de que son cuatro de las mejores jugadoras del mundo. Ahora, en la absoluta, aprovechan cada minuto que tienen. De ellas se podían esperar minutos de calidad, pero pasados tres partidos han tirado la puerta abajo y son protagonistas. Jorge Vilda ya no puede mirar a otro lado.

La primera en romper los moldes del seleccionador fue Lucía García. Su desenfado noqueó a Sudáfrica en el primer encuentro. Pese a que Jenni Hermoso fue la MVP del partido, fue la joven jugadora la que revolucionó el partido que se había complicado para España. Bonmatí y Nahikari completaron la reacción para ganar el primer encuentro de la historia de la selección en un Mundial.

Ante Alemania, Nahikari se ganó la titularidad. Jenni pidió su presencia en el ataque por activa y por pasiva, y Vilda se rindió a la evidencia: España necesitaba una referencia. En 15 minutos, las germanas sufrieron su velocidad al espacio. Aunque no materializó ninguna de esas ocasiones, impresionó a una de las favoritas a ganar este torneo. En la segunda parte, el seleccionador volvió a tirar de la generación 98 dando salida a las tres restantes. No se pudo ganar, pero fue uno de los partidos de mejor imagen de la historia de la selección. Aunque no ha podido marcar gol en la primera fase, tampoco es algo que le obsesione. «Sé que puedo aportar mucho más que goles. Por supuesto que me encantaría meterlos para ayudar al equipo, pero una delantera tiene que tener otros roles», explica.

Tres cambios

Ante China, pensando en octavos de final, ya fueron tres las incorporaciones al once titular. Patri Guijarro, Lucía García y la propia Nahikari completaban una transición que se advierte necesaria. «Estamos en Primera División aprendiendo con las mejores», explica Guijarro a este diario. «Llevamos años trabajando con ellas y tenemos esa pequeña ventaja, la suerte de aprender desde bien pequeñas. Juventud e ilusión se mezclan con la veteranía». La centrocampista azulgrana fue protagonista en los espacios cerrados de las asiáticas. Con buen estado físico, del que se dudaba tras cinco meses parada por un ganglio en el pie, demostró capacidad para hacerse con los mandos y generó ocasiones de peligro que hicieron que la portera Shimeng fuera elegida como mejor jugadora.

La conexión de esta nueva generación se concreta en el campo. «Nos conocemos de años», explica Guijarro. «Al principio podíamos pensar que era muy difícil llegar aquí, así que nos lo tomamos como un regalo. Las cuatro hemos aprovechado los minutos. Pisamos fuerte y hacemos todo lo posible para conseguir victorias». El gen competitivo, la trayectoria profesional y la confianza de haber ganado a las mejores en sus categorías, hacen que estas cuatro futbolistas pidan los focos en lo que resta de Mundial. Próximo objetivo: Estados Unidos o Suecia.