El australiano Simon Gerrans (Orica) salvó con éxito su primer día con el maillot amarillo, pero admitió que llegó a pasar "miedo" ante la posibilidad de perderlo porque "la fuga del día parecía sólida".

"La fuga parecía sólida y llegaron a tener un margen de 11 minutos. Temí por perder el maillot, pero luego, en colaboración con otros equipos a falta de 70 kilómetros de meta pudimos alcanzar a los escapados", señaló el corredor de Melbourne.

Ante la posibilidad de que su compañero Daryl Impey pudiera ponerse el maillot amarillo, señaló que ese aspecto no le preocupaba, ya que lo importante "es que el liderato se quede en el equipo".