Por circustancias de la vida como el mismo destino del trabajo de su padre, Gil Carlos Sintes Asernal (6 de octubre de 1954) nació en la localidad marroquí de El Jadida, «a 100 kilómetros de Casablanca», calcula el protagonista. El ‘decano’ de los miembros del decano Cacereño ha vivido después en San Sebastián, «donde tengo a la mayoría de amigos» y se asentó definitivamente en la ciudad extremeña, que le ha acogido hasta la fecha para formar parte de la historia, además del club de fútbol, antes del de fútbol sala Extremadura y del filial del Cáceres de baloncesto.

Gil, ‘Tío Gilorio’, el masajista, el confesor, el hombre discreto, el cómplice de buena parte de dirigentes, técnicos y futbolistas del CPC desde el año 2000, cuando entró en la entidad gracias a la recomendación de su fraternal Juan Bautista Sarratea, acabará en el 2020 su prolongada trayectoria en la entidad por jubilación. Es un personaje que ha vivido de todo, alguien sin el que, con virtudes y defectos, no se podría explicar la trayectoria siempre llamativa del Cacereño.

Y se irá sin su máximo anhelo: ver al club en Segunda A, «ya que estoy convencido de que se conseguirá el ascenso en los próximos años», no duda en pronosticar. Antes tendrá que subir a Segunda B, algo que sí espera disfrutar en junio.

La historia de Gil en Cáceres (antes había sido judoca de la selección española en San Sebastián, con lo que su relación con el deporte le ha acompañado siempre) es la de alguien que ha vivido experiencias tan catovis como la sala Capitol o en el pub Blues, en plena Madrila, antes de entrar en el fútbol sala local, con Fermín Naranjo al frente. Después, en el equipo de la cantera del Cáceres fue llamado por Quini Carrasco, entonces coordinador de la estructura de base.

Pero su época más prolongada en el deporte local vino en paralelo al inicio de siglo. «Me llamó Sarratea, que me recomendó a Félix Campo», recuerda. Sarra y el médico Marcos Maynar han sido sus «maestros» en la terapia deportiva. «Sin ellos yo no hubiera sido nadie en esto», resalta en más de una ocasión en su entrevista con este diario, en la que no quiere hablar de episodios negativos, como cuando tuvo que demandar a la entidad por falta de cobro de alguien, él, que subraya haberlo dado todo en condiciones especialmente difíciles.

Por eso, en todo este tiempo ha habido «de todo», aunque se queda y habla de lo bueno, lo último la ovación que le tributó el público del Miajadas-Cacereño el pasado domingo. «Fue impresionante», dice Gil, quien subraya que a él le ha distinguido siempre su «discreción y humildad» y gustar de «trabajar en la sombra». «De este tiempo me quedo siempre con la buena gente que he conocido y con haber convivido con gente joven; gracias a ellos mi mente sigue joven», se congratula.

«Cabeza arriba»

También menciona el hombre para todo del CPC que nunca ha intentado ir más allá de lo que le correspondía. «Antes de meterme en algo, he preguntado; nunca he hecho nada sin saber para no meter la pata». Por ello, insiste, «me voy a ir orgulloso y con la cabeza arriba» y «muy feliz» por haberse empleado a fondo.

Tuvo como presidentes a Félix Campo, «con el que nunca hubo un problema para cobrar», Antonio Martínez Doblas y ahora Carlos Ordóñez, «un hombre serio». Asegura que se siente satisfecho de esta última época gracias al director general, Luis Puebla, «con el que he trabajado muy bien». También habla «de una muy buena persona», la mexicana Ana María Macías, que renunció.

Con los futbolistas asegura que su relación con la mayoría ha sido buena, con sus excepciones en las que no entra. El primero que nombra es el defensa madrileño Rubén Palero, «con el que sigo teniendo gran relación», al igual que con otro Antonio Jurado. El tercer nombre es el de Julio Cobos. El técnico verde fue jugador del club. Por supuesto, dice que ahora también tienen una buena sintonía, que seguir hasta el final feliz de junio.

Un capítulo especial le dedica a su compañero de tareas profesionales: el exjugador Elías Molina, ahora, como él, en la recuperación de los futbolistas. «Va a ser un gran regenerador físico», vaticina. «Está trabajando muy bien», añade. Gil, historia viva del CPC.