No es bombero ni policía. Ni siquiera socorrista. Es un jugador de fútbol aguerrido, impetuoso y entregado, como buen uruguayo. En Almendralejo, además, es el hombre de los goles importantes. El que aparece cuando más lo necesita el Extremadura. El que está siempre en el momento de la verdad. Un

La garra y el pundonor de Giovanni Zarfino (Montevideo, 1991) han convertido a este mediocampista en un auténtico ídolo entre los seguidores del Extremadura. Su forma de jugar, su compromiso con la camiseta y esa capacidad de liderazgo que tiene en momentos decisivos de temporada ha servido para meterse en el bolsillo a la grada del Francisco de la Hera. Zarfino es alma dentro del campo. Energía durante 90 minutos. Sin contemplaciones. Sin ahorrar esfuerzos. Sin límites.

Ante el Cádiz volvió a aparecer de la nada para desatascar una situación que se tornaba tenebrosa para los intereses del Extremadura. Durante 55 minutos, el cuadro de Sabas aparecía casi descolgado en la tabla clasificatoria. Con la remontada y el zarpazo de Zarfino, el equipo ha salido del descenso tras seis semanas en las llamas del vagón de cola.

«Ya he comentado en varias ocasiones que, de vez en cuando, me equivoco y la meto para dentro». Así bromea Zarfino sobre su olfato goleador. Nunca ha sido de marcar muchos goles en su país, pero en España, todos los que mete, tienen buenas noticias. Nadie olvidará sus dos goles en Miranda de Ebro cuando el Extremadura estaba casi en la lona del playoff o el golazo de Abegondo en La Coruña para encarrilar el primer pase de eliminatoria. Ahora, ante el Cádiz, se estrenó en división de plata con un tanto que daba el primer triunfo en Almendralejo.

COMPROMETIDO / Zarfino es, por encima de todo, un jugador de equipo. De los que se parten la cara en las batallas más salvajes. «Está claro que yo no puedo prometer goles. Yo siempre prometo entrega y compromiso. Eso, quédense tranquilos, nunca me va a faltar, salgan bien o mal las cosas. Eso es innegociable en mi forma de ver el fútbol».

Aunque su posición natural es la de pivote defensivo, Sabas sabe que la capacidad física del charrúa le da muchas alternativas en el centro del campo. Ha jugado de pivote, de volante y casi de mediapunta. Hasta de lateral en alguna ocasión. «Yo juego donde quiera el entrenador. Como si me quiere poner de delantero. Sabéis que mi puesto es el pivote defensivo, pero a veces me toca presionar en ese ida y vuelta y eso exige más capacidad física que, por suerte, puedo aguantar. Estoy a la orden del míster».

Zarfino y el Extremadura han casado muy bien porque tienen dos filosofías de fútbol muy parecidas. El uruguayo es feliz en Almendralejo y admira su afición: «la gente ha tenido la paciencia necesaria. Estábamos últimos y se colaron 11.000 personas. Eso es una pasada. Esta afición, como este equipo, nunca pierde la fe. No está muerto el que pelea».

El Extremadura regresará hoy martes a los entrenamientos con una sesión vespertina que comenzará a las 18.00 horas en la ciudad deportiva. Los azulgranas han tenido doble jornada de descanso como premio a la victoria. Desde hoy empezará a preparar el partido del domingo (12.00 horas) en Palma de Mallorca. Juan Sabas podría recuperar a Fausto Tienza, con buenas sensaciones. Más difícil será que lleguen Borja Granero y Alex Barrera.

El equipo mantiene su decimoséptimo puesto ya que el Nastic de Tarragona perdió ayer ante el Alcorcón (1-3) en el partido suspendido el sábado.