Es uno de los escasos supervivientes de la cantera local en el Forma Cáceres 2016 de División de Plata. Muy querido por la grada del Multiusos, Francisco Javier Maestre Romero Bole (Cáceres, 12/11/1982) fue, sin duda, la nota más positiva del partido del pasado sábado ante el Tres Cantos en el estreno en División de Plata.

Humilde y trabajador infatigable sobre la pista, el joven ala-cierre del Forma a buen seguro que irá ganándose la confianza de su entrenador, Gustavo Montero, pues hasta el momento su aportación no estaba siendo excesivamente amplia, aunque parece que el técnico gallego lo tiene entre sus apuestas. "Estoy aquí para ayudar al equipo en lo que sea necesario y para hacer lo que me pida el entrenador. Intentaré ganarme su confianza en cada entrenamiento y también en los partidos", asegura con modestia, aunque augura que "los minutos van a estar muy caros por el gran nivel de la plantilla que tenemos".

Bole vive su sexta temporada en el club y observa todo con los ojos muy abiertos con el fin de seguir aprendiendo y creciendo como jugador. A sus 24 años está conociendo de cerca las exigencias del fútbol sala de élite: "hay un nivel deportivo muy alto, no tiene nada que ver con el nivel de Primera Nacional A incluso en los entrenamientos. Se juega a una velocidad increíble y el nivel de rendimiento físico y la calidad de los jugadores es enorme", afirma.

Apoyo de la grada

Son muchos los que confían en él y no sólo desde dentro del club. Sus amigos y, en general, los aficionados cacereños le mostraron su apoyo cuando saltó a la pista con un cariñoso aplauso: "se me puso la piel de gallina y traté de devolverles su ánimo dejándome todo en la cancha", relata emocionado. Aportó siete minutos de intensidad, trabajo e incluso descaro ofensivo, con tres disparos que estuvieron a punto de convertirse en el primer tanto del Forma cuando transcurrían los mejores momentos de juego en el equipo cacereño.

Descubierto hace diez años por Ricardo Moreno, uno de los históricos del fútbol sala cacereño, a Bole le apena que la cantera extremeña no tenga más presencia: "no hay competiciones juveniles y muchos se deciden por el fútbol, pero Extremadura no puede ser diferente a cualquier otro sitio de donde salen buenos jugadores", concluye.