Un golazo de Ángel Correa, una demostración de eficacia del Atlético de Madrid cuando el partido se movía en un inapelable 0-0, resolvió la victoria del conjunto rojiblanco, el único que cree que la Liga aún no está sentenciada, ganador frente a un Valencia conformista e inofensivo. Aún a una distancia considerable del liderato del Barcelona, nueve puntos, sin salirse del partido a partido mientras reafirma su segunda posición en el campeonato con nueve puntos ya de colchón sobre su adversario de ayer, tercero, el Atlético mantiene su ambición. Él jugó para ganar, el Valencia sólo para empatar.

Si el partido ya tenía una enorme transcendencia, por la segunda posición, por el podio y por la Liga de Campeones -el objetivo primordial de ambos equipos este curso-, todo se elevó aún más con el empate del Barcelona frente al Espanyol, un aliciente gigantesco para un duelo de altura.

Desde esas directrices circuló el choque después, sin ninguna expresión en forma de ocasiones, con más amagos que otra cosa del Atlético, con más precauciones que proposiciones del Valencia, hasta un derechazo de Saúl Ñíguez desde más de 30 metros, un recurso puntual en un duelo competido, en maduración y en tránsito entonces.

Porque el Atlético, que perdió a Savic por lesión al borde de la media hora, no logró darle la continuidad que pretendía a su potente puesta en escena, a su intención vertical, a encontrar a Griezmann entre líneas o a fortalecer su juego en campo rival por su propia imprecisión, especialmente visible en sus dos medios centros.

Ahí, aún en el primer tiempo, se encomendó el Valencia a los fenomenales reflejos del portero brasileño, que no le bastaron después, ya en la segunda parte, al borde de la hora de juego, con el derechazo formidable e imparable de Correa desde fuera del área; la mejor respuesta a un partido complejo y a las circunstancias.

Porque el Atlético, concreto arriba en una de sus contadas oportunidades, como reclamaba su técnico, había perdido antes a su otro central titular, Godín, por un golpe de Neto sobre su rostro; porque había readaptado obligado toda su defensa y porque le costaba romper la zaga rival, a la que encaraba con más ambición que fútbol. Al final, tres puntos más para el Atlético.

No tuvo ni de lo uno ni de lo otro el Valencia en todo el choque, tan conformista con el 0-0 y tan obsesionado con no cometer errores que, cuando las necesidades le obligaron a otra cosa, fue capaz de muy poco, sin una sola parada en todo el partido de Jan Oblak y sin una sola ocasión realmente clara que le hiciera merecedor del 1-1.

Perdió sin exponer casi nada en ataque, fiado todo el choque a anular a su oponente, nunca a derribarle, sin contar con el trallazo de Correa, el gol de la victoria del Atlético, el único de los perseguidores del liderato del Barcelona que aún cree en la Liga; desde lejos, a nueve puntos, pero dos más cerca que hace una semana.

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3Gol: 1-0, m. 60: Correa.

3Árbitro: Iglesias Villanueva (Comité Gallego). Amonestó con la tarjeta amarilla al visitante Rodrigo.

3Estadio: Wanda Metropolitano.

3Espectadores: 49.000.

3Atlético de Madrid: Oblak; Vrsaljko, Savic (Giménez, m. 29), Godín (Juanfran, m. 51), Lucas; Correa, Saúl, Koke, Carrasco (Gabi, m. 61); Griezmann y Diego Costa.

3Valencia: Neto; Vezo, Gabriel Paulista, Garay, Gayà; Maksimovic (Soler, m. 65), Parejo, Kondogbia, Lato (Rodrigo, m. 62); Santi Mina y Zaza.