El fútbol modesto muchas veces depara historias curiosas como la de Ramiro López Sendín, uno de los fichajes del Cacereño. Este salmantino de 25 años, que lleva desde los 14 viviendo en Cáceres, el año pasado tuvo que compaginar el fútbol con un trabajo en la construcción, ya que no podía vivir como amateur en el Amanecer. Esta situación se repite en numerosas ocasiones en la categoría. El caso de Ramiro es, en realidad, uno más de tantos.

El mito de que los futbolistas viven bien, es falso, según Ramiro, ya que su situación no tenía nada que ver con la de los jugadores de otras categorías. Hasta el pasado 15 de junio el que era delantero del Amanecer se exprimía de sol a sol, trabajaba por la mañana en la construcción y a última hora descargaba el estrés del trabajo en el campo de fútbol. "Los entrenamientos para mí eran una manera de descargar la tensión acumulada de todo el día", señala el jugador.

A pesar de esta situación, en el plano deportivo Ramiro ha cuajado una buena campaña en el conjunto del Amanecer. La actuación del delantero no pasó desapercibida para el Cacereño, equipo que apostó por él desde el principio y sobre todo desde que el propio Ramiro le hiciera el gol que significó la sonrojante derrota verde en el Municipal de Sierra de Fuentes.

Una nueva vida

Un trabajo tan físico como el de la construcción puede perjudicar al rendimiento de un jugador. "Si no trabajas rindes más", señala el jugador, que este año, al mejorar su situación económica en el nuevo club volverá a sus estudios y se dedicará de pleno a ayudar al Cacereño a conseguir objetivos esta temporada. La vida de Ramiro dará un giro la próxima temporada, aparte de lo económico: cambiará la obra y el modesto Amanecer por uno de los teóricos grandes del grupo extremeño.

El ariete es "trabajador y combativo en el área rival". Así se define el propio Ramiro, del conjunto verde se muestra muy ilusionado con la posibilidad de jugar en club de la ciudad, el cual ha apostado por su incorporación. Ahora él espera no defraudar a nadie.