REAL MADRID - 4: Casillas; Carvajal, Varane, Pepe, Marcelo; Illarramendi, Khedira (Morata, min. 74); Di María, Modric (Isco, min. 65), Cristiano Ronaldo; y Benzema (Jesé, min. 81).

COPENHAGUE - 0: Wiland; Jacobsen, Mellberg, Sigurdsson, Bengtsson; Claudemir, Delaney; Gislason, Toutouh (Bolaños, m. 62); Braaten (Adi, min. 64) y Jorgensen (Kristensen, min. 72).

GOLES: 1-0, min. 20: Cristiano Ronaldo; 2-0, min. 64: Cristiano Ronaldo; 3-0, min. 71: Di María; 4-0, min. 89: Di María.

ARBITRO: Matej Jug (Eslovenia). Mostró cartulina amarilla a Modric por parte del Real Madrid, y a Braaten y Delaney por el Copenhague.

Un rival menor, el Copenhague, sirvió para aparcar el debate sobre el juego del equipo de Carlo Ancelotti, cuestionado tras la derrota ante el Atlético de Madrid por la falta de un sistema, que apareció a ratos en la victoria del Real Madrid ante los daneses por 4-0 con una buena actuación de Cristiano Ronaldo y Angel Di María.

El baño táctico y de actitud del Atlético el pasado fin de semana exigía una reacción del Real Madrid, tocado tras una derrota dolorosa ante un equipo hecho, moldeado a imagen y semejanza de Diego Simeone y capaz de fabricar un grupo ganador que creó unos días de preocupación en la casa blanca de los proyectos millonarios.

El Bernabéu esperaba cambios de su entrenador y Carlo Ancelotti apostó por alinear juntos en el centro del campo por primera vez en el curso a Luka Modric, Sami Khedira y Asier Illarramendi. El primero no salió desde el inicio ante los rojiblancos y su presencia la notó para bien su equipo.

Ancelotti también sacó del once a Isco, Ramos, Arbeloa y Coentrao para dar entrada a Carvajal, Varane y Marcelo. El brasileño fue, junto a la de Modric, fundamental para el devenir de duelo. La profundidad y la llegada hasta la línea de fondo que tanto habían echado de menos los blancos en los últimos tiempos, por fin volvió al Madrid. Y el principal culpable fue Marcelo.

En la primera parte Karim Bemzema no fue capaz de aprovechar su ocasión. A los cinco minutos pudo cambiar los pitos por aplausos. El francés, nervioso pero voluntarioso, con ganas de dejar a un lado su fama de jugador poco luchador, cabeceó fuera un centro de Marcelo desde la izquierda, que aprovechó un gran pase de Modric.

Alvaro Morata, en el banquillo de casualidad ya que su destino era la grada, pero una indisposición de Casemiro le devolvió al lugar de los suplentes, esperaba su turno mientras Benzema se esforzaba sin éxito. Arrancó pitos y algunos aplausos, en un equipo algo espeso, pero más consistente que rondaba el área del Copenhague hasta que Cristiano, cómo no, dio en la diana.

El portugués aprovechó una jugada calcada a la anterior. Pase medido de Modric, centro de Marcelo, y cabezazo del delantero blanco. Esta vez, sí entró y su gol provocó los mejores minutos del Real Madrid, que hasta los últimos instantes ofreció momentos potables dentro de la poca brillantez general.

Entonces, Iker Casillas, que volvía al Bernabéu ocho meses después, erró en una salida y el Copenhague estuvo a punto de marcar a la salida de un córner. Nicolai Jorgensen remató al larguero y Modric sacó la pelota bajo la portería. El croata resumió así su primera parte. Fue excepcional. Hizo jugar al Madrid y le salvó de un susto. Incomprensible su ausencia ante el Atlético.

ACLAMADO Salió del campo al principio de la reanudación por Isco, con el trabajo sucio bien hecho. Su labor fue aclamada por el Bernabéu, que justo antes disfrutó del segundo gol, también de Cristiano, en una jugada de tiralíneas trenzada entre Benzema y un gran Di María.

Con el 2-0 sólo cabía esperar una catarata de goles y el argentino no tardó en hacer el tercero con un disparo desde fuera del área para demostrar que tiene calidad para hacer de Bale. El galés no estaba, otra lesión justo antes de la cita con los daneses le dejó fuera para desesperación de los dirigentes blancos, que vieron como el argentino hacía el cuarto justo al final.

Sólo quedaba por ver algunos detalles: comprobar si Benzema era capaz de marcar. No lo hizo y hubo división de opiniones cuando fue sustituido por Jesé Rodríguez en el minuto 80. Su rival, el deseado Morata, saltó también al campo sin éxito y Casillas apareció para salvar un mano a mano y un cabezazo con el consiguiente sonido de su nombre por el estadio.

Todo acabó como casi todos esperaban, con la guinda del 4-0 de Di María. El Madrid ganó a un rival menor, aplazó el debate sobre su juego sin ideas y deberá a esperar a enfrentarse a un rival como el Atlético para ver cuál es su verdadera realidad. El Copenhague sirvió de sparring.