Greg Norman, uno de los golfistas más importantes de la historia de Australia, fue el artífice de la primera conversación oficial entre el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, a quien conoce desde hace 10 años, y el primer ministro australiano, Malcom Turnbull. Precisamente, fue Turnbull uno de los primeros dirigentes mundiales en felicitar al recién elegido Trump. Además, destacó la importancia de Norman para el país y su compromiso por mantener la relación entre ambos países.

Según medios locales, Norman tuvo que conseguir el teléfono de Donald Trump porque el Ministerio de Exteriores no tenía opción de contactar directamente con él. Julie Bishop, ministra de exteriores, aseguró que se había preparado para trabajar con la administración que fuera elegida pero al final tuvo que ser el golfista quien acudiera a ayudar a su país.

Greg Norman anunció en un comunicado que fue un placer para él facilitar la conexión entre ambas naciones a petición del embajador Joe Hockey.