En sólo un año, cambió como de la noche al día el panorama del fútbol extremeño. Extremadura ha pasado de tener un representante en Segunda (Badajoz) y seis en Segunda B a seguir contando únicamente con seis equipos en la división de bronce pero mayoritariamente mal clasificados.

Tras la disputa de las once primeras jornadas del pasado campeonato, el Badajoz, con 14 puntos, era undécimo en Segunda y nada hacía presagiar su posterior descenso.

En Segunda B, la situación era bien distinta a la actual. Así, el Cacereño ocupaba puesto de liguilla y Extremadura y Mérida la tenían a tiro. El Jerez estaba en terreno de nadie y el Moralo luchaba por alejarse de la zona de descenso, en la que sólo estaba el Díter.

El Cacereño era segundo con 22 puntos a tan sólo uno del Cádiz. El Extremadura era quinto con 18, dos menos que Ciudad de Murcia y Algeciras, tercero y cuarto, respectivamente. Con 15 puntos, el Jerez era decimosegundo a cinco puntos de la liguilla y a otros tantos de la promoción para la permanencia. El Moralo, con 13, era decimotercero a tres puntos de la promoción y a cuatro del descenso. El Díter, con 9, era penúltimo a un punto de la promoción.

Mientras, el Villanovense, con 26 puntos, era segundo en el grupo XIV de Tercera División.

Una época de vacas flacas se instaló claramente en el fútbol extremeño, que se ha topado de bruces con la cruda realidad.

Doce meses después, el panorama es desolador. A excepción del liderato del Badajoz y del octavo puesto del Jerez, la marcha del resto de extremeños es para echarse a temblar.

El Cacereño ocupa puesto de promoción y, con la misma puntuación, tiene por encima al recién ascendido Villanovense. Pero peor es la situación de los históricos Extremadura y Mérida, antepenúltimo y penúltimo, respectivamente.

Los tres equipos extremeños mejor clasificados hace un año en Segunda B (Cacereño, Extremadura y Mérida), y por el mismo orden, son en la actualidad los tres peores.

Además, hay un dato demoledor. La temporada pasada los seis representantes extremeños en Segunda B habían sumado un total de 94 puntos en las once primeras jornadas, mientras actualmente suman sólo 79, es decir, la friolera de quince puntos menos. La preocupante crisis deportiva de la mayor parte de nuestros representantes queda reducida a anécdota si se la compara con las sombras que planean sobre el futuro económico de Badajoz, Extremadura y Mérida, pues, por ahora, Jerez, Cacereño y Villanovense parecen respirar más tranquilos en este capítulo.