Será porque la participación de las selecciones españolas de rugby seven en los Juegos de Río tuvieron una actuación más que digna o simplemente porque es un deporte ejemplar. El caso es que cada día la gente se interesa un poquito más por el rugby. «Se nos conoce más», resume en una corta frase Martín Rojo, entrenador del CAR Cáceres, asentado en la División de Honor B del rugby español (esta es su tercera temporada seguida) y con aspiraciones de mejorar el sexto puesto del curso pasado. «Queremos, por lo menos, reeditar la misma posición y, si podemos, escalar uno o dos puestos». Minutos después, el presidente del club, Germán García, no le enmienda, pero sí se muestra más ambicioso. «Terceros, cuartos... estaría bien clasificarse para la fase de ascenso». Después de seis jornadas son terceros, «pero esto no ha hecho más que empezar», matiza Rojo.

Con motivo de la presentación de sus nuevas equipaciones en el Sport Club Sottoterra reunió a su plantilla sénior con una representación de su cantera. En total, el CAR (Club Amigos del Rugby) tiene este año unas 140 fichas, desde niños de cinco años que corretean por la sala donde se realiza el acto con el balón ovalado hasta los jugadores del primer equipo. «Crecemos poco a poco para los que vengan se vayan asentando». Este año, como novedad, los equipos sub-16 y sub-18 competirán en la liga de Castilla y León buscando un salto de calidad que permita a esas jóvenes promesas progresar aún más.

«El CAR es un ejemplo en Extremadura, no solo en el rugby, también en el fomento del deporte base». El piropo es de Pedro Muriel, concejal de Deportes de Cáceres, un fijo en los actos del club cacereño.

«Somos el único equipo extremeño en categoría nacional», recuerda Germán García. Por eso han incluido el verde en sus nuevas equipaciones, tradicionalmente blancas y negras. Ahora tienen los tres colores de la bandera de Extremadura.

Un proyecto importante

Asentados ya en la División de Honor B, el dirigente del club insinúa que es el momento de pensar en ir más lejos y luchar, por qué no, por el play off. El equipo se ha reforzado bien, con dos sudafricanos, Taljard y Geleva, los argentinos Diego Levin y Franco Di Filippo, o el fijiano Jerry Davoibaravi. Pero no solo son ellos. Han vuelto jugadores de la casa que el año pasado, por diversos motivos, no pudieron competir. «El equipo ha cambiado mucho. Tenemos un bloque más hecho que el del año pasado, somos más fuertes como equipo», analiza el entrenador.

Pero no son los únicos que han dado ese paso. Todos los equipos de la liga, apunta Rojo, «se han reforzado». «Estamos notando que todos los equipos tienen más nivel. Los dos primeros están destacándose bastante por encima del resto y los que acaban de llegar son nuevos pero no novatos, tienen jugadores de mucha calidad y con un gran bagaje».

El acto acaba. Los niños siguen corriendo detrás del balón ovalado. Los mayores ya piensan en el próximo rival, el Pozuelo, este sábado a domicilio.