Moussa Marega, jugador del Oporto, abandonó el terreno de juego, rodeado de una gran tensión, en el minuto 68 del partido que enfrentó el domingo por la noche a su equipo con el Vitória de Guimaraes, harto de los insultos de carácter racista que recibía por parte de la grada local. El delantero internacional de Mali, también con nacionalidad francesa, había militado anteriormente en el conjunto de Guimaraes, que pagó, de forma incomprensible, y con ofensas racistas la derrota que sufría el equipo, sobre todo después de que Marega marcó el que supuso el tanto de la victoria del conjunto visitante (1-2).

El jugador, tras anotar el gol, se hartó y decidió abandonar el terreno de juego, a pesar de la insistencia tanto de sus compañeros como de los rivales para que desistiera. Los gritos racistas desde la grada del Vitória de Guimaraes fueron respondidos por Marega con los pulgares hacia abajo y tomando el camino de los vestuarios.

Durante tres minutos los jugadores no lograron convencer al futbolista maliense, mientras el técnico Sérgio Conceiçao gritaba al público "esto es una vergüenza", a la vez que muchos aficionados, conscientes de la gravedad de los insultos racistas, comenzaron a corear el nombre de Marega.

El jugador mostró, acabado el partido, su indignación por los acontecimientos, a través de las redes sociales, donde también encontró la solidaridad de numerosos aficionados y compañeros de profesión como fue el caso de su compañero Iker Casillas.