Grecia, el teórico máximo rival de España, ha caído en un grupo, el A, con sede en Granada, donde le va a tocar enfrentarse a dos rivales de mucho nombre, Serbia y Rusia, pero actualmente, muy a su pesar, en reconstrucción y con una larga temporada de ausencia entre los mejores de los torneos internacionales. Los griegos defiende la corona continental en este Eurobasket. Además, bien lo sabe España, son la segunda mejor selección del mundo. El mítico Panagiotis Giannakis, él único hombre que ha conseguido el oro europeo como jugador y como técnico, mantiene la estructura de un gran equipo, de un bloque dotado de una sorprendente capacidad camaleónica para transformarse cada noche en función del rival.

La filosofía y el modelo de la selección helena pueden equipararse en gran medida a España. Juega muy bien y cuenta con todos los puestos cubiertos por dos jugadores de parecido nivel. Encontrarle debilidades exige un minucioso estudio aunque la selección española le pasase por encima en la final del Mundial 2006.

Tiene ganas de revancha y a un jugador espectacular: Theodoros Papalukas, una joya de este deporte. Aparece un escalón por encima de una Serbia diezmada por el desastre de hace dos años en su propia casa. No alcanzó ni la segunda fase pese a la manada de estrellas que reunió para su noveno Europeo como local y sólo consiguió la dimisión del técnico, Zeljko Obradovic, asqueado del ambiente que se generó en el vestuario.

Los coletazos de todo aquello aún retumban en una nueva escuadra a la que han renunciado Igor Rakocevic, Predrag Stojakovic, Vule Avdalovic, Milos Vujanic, Kosta Perovic y Radmanovic han desoído la llamada del seleccionador, Zoran Slavnic.

Los rusos tampoco acarician ningún metal hace ya tiempo. Rusia no trepa al podio desde la plata del Mundial de Atenas´98 y ahora han otorgado los galones al jugador de los Utah Jazz Andrei Kirilenko y también ha dado responsabilidades a otro NBA, Victor Khryapa, y ha vuelto a confiar en el ruso-estadounidense John Robert Holden.

GRUPO C El Palma Arena va a ser, aparte de Sevilla por la presencia de España, la sede más caliente de la primera fase, que ha reunido en el Grupo C a cuatro poderosos equipos: Alemania, Lituania, Turquía y la Chequia.

Si hubiera que buscar un hombre de referencia en la capital mallorquina habría que señalar, al ala-pívot de los Dallas Mavericks Dirk Nowitzki, que ha venido con ganas de darse una alegría después de caer en las series finales de la NBA ante los Warriors.

Los Mavs no pasaron de la primera ronda por el anillo. Terminó la campaña como el mejor jugador de la Liga, un galardón nunca antes alcanzado por un jugador europeo en los más de 50 años de existencia de la NBA.

Nowitzki cerró el curso estadounidense con un promedio de 24,6 puntos y 8,9 rebotes por partido. A eso añadió el mejor registro lanzador de toda su carrera, con un 50,2% en tiros de dos y un 41,6 en triples.

España ha superado dos veces en la preparación al conjunto germano, pero eso no le resta aspiraciones. Eso sí, en un bloque tan complicado como éste le aguarda una Lituania reformada y con Sarunas Jasikevicius de nuevo al frente de las operaciones.

También ha traído al Europeo a Ramunas Siskauskas, campeón de la Euroliga con el Panathinaikos y, aunque le faltan Zidrunas Ilgauskas y Macijauskas, pese a que España le ha superado dos veces con dos marcadores abultados en los amistosos, apunta alto.

Hidayet Turkoglu y Mehmet Okur también han regresado a Lituania después de perderse el Mundial 2006 y el serbio Bogdan Tanjevic ha mantenido la línea que condujo a los turcos al sexto puesto en Japón sin olvidarse del barcelonista Ersan Ilyasova y el baskonista Serdan Erdogan.

Por detrás aparece la República Checa, un conjunto de buenas maneras cuyo rendimiento es una incógnita después de ocho años de ausencia fuera de la clase VIP continental. Lubos Barton y Jiri Welsch son sus figuras.

GRUPO D El genial base francés Tony Parker, además de grabar discos de música rap, es campeón de la NBA y la referencia de Francia para intentar dominar el Grupo D, en Alicante, frente a Italia, Eslovenia y Polonia.

Parker, campeón de la NBA, destila toda su clase en la manija de una selección a la que muchos señalan como una de las aspirantes más cualificadas a los metales. Además, Francia es actualmente la tercer mejor selección del continente gracias al bronce conquistado, precisamente contra España, en Belgrado 2005.

Los tres anillos de Parker deben ser una tremenda preocupación para una Italia rejuvenecida que vive pendiente del estado de la espalda de su gran estrella, el primer jugador sin pasaporte estadounidense en ocupar el número del draft .

Sobre Marco Belinelli, de 21 años, reposa otro de los puntales del bloque construido por Carlo Recalcati para retomar la senda de los triunfos. El último, la plata olímpica de Atenas 2004.

El grupo de Alicante también escruta con interés lo que pueda hacer Eslovenia por el gran potencial del bloque que entrena Ales Pipan, cuyo triángulo básico descansa en Jaka Lakovic, Rado Nesterovic y Matjas Smodis.

Polonia completa el cuarteto en su regreso, después de diez años, a la cumbre continental del baloncesto, aunque sin el pívot Maciej Lampe, el veterano Adam Wojcik, a los 36 años, sigue siendo su líder.