Desde que, siendo un niño, un amigo de apellido Vizcaíno empezara a llamarle en clase ‘Guelo’ , a Juan Miguel Olmeda (Guadalupe, 19 de julio de 1977) no han dejado de denominarle así. Este empresario de conversación amena y maneras educadas es el ‘tercer hombre’ del Cacereño, el apoyo indispensable del presidente, Carlos Ordóñez, y del director general, Luis Puebla. En la sombra, pero especialmente útil, el cambio en positivo en el decano extremeño de los últimos meses tiene mucho que ver con su labor, mucho más tangible de lo que aparenta. En algún momento, incluso, puede que determinante.

«Estando con Pedro Rocha, el presidente federativo, en la final de la Copa de fútbol sala entre el Barcelona y el Jaén de 2018 en el Multiusos, me presentó a Luis Puebla y quedé con él para poner un cartel de publicidad en el estadio». Ahí comenzó su relación con el decano del fútbol extremeño: sus empresas, el bar de copas Velvet, en La Madrila y Limpex, firma de limpieza y asistencia a domicilio, fueron patrocinadores del CPC, y así se registró en las camisetas de la primera plantilla.

La relación, primero con Puebla y después con Ordóñez, se estrechó hasta vincularse. Actualmente es vicepresidente y secretario del consejo de administración. No genera dudas su implicación absoluta en los resultados positivos. «Mi mujer me dice que estamos locos, aunque respeta mis decisiones». Su esposa es la cacereña Patricia, con la que tiene a Rodrigo (8 años) y María (5), que algo parecido le ha comentado cuando se ha embarcado en numerosos proyectos, todo entusiasmo, especialmente del sector de hostelería.

Más negocios

Más negociosEn su Guadalupe, con su alter ego, David Rodríguez, tiene dos bares-concierto y en Cáceres va a ampliar sus negocios con otro en la calle Pizarro. Nada que ver con la carrera que empezó y no terminó, Ingeniería Informática de gestión, ni tampoco con Atento, en la que estuvo varios años.

«Hasta hace un par de años no me he ido de vacaciones». Su apego al trabajo le delata, algo que está aplicando en el Cacereño porque, entre otras cosas, dice, «es algo que engancha» y que en su caso se ha llegado a algo importante: «he ganado dos amigos». Por eso, comenta, lo está dando todo, junto a Ordóñez y Puebla. Del primero dice que es «una bella persona que está trabajando incansablemente y que siempre está pendiente del club. El propio campo de fútbol lo lleva él y la mejora ha sido por él. Además, ha aportado mucho capital para que el Cacereño crezca». Del mismo modo, de Puebla comenta: «Es una pieza muy importante en el club y está creciendo gracias a él; y es que esto es como si te metieses droga en la sangre, que estás deseando que llegue ya el próximo domingo».

Respira optimismo sobre el futuro este empresario. «Tenemos que subir, creo que vamos a subir. Una ciudad como Cáceres tiene que estar al menos en Segunda B”, agrega. El grado de implicación suyo va a seguir ahí hasta una fecha inconcreta. «Luis Puebla dice que se va a ir cuando estemos en Segunda… ojalá».

«Tengo reuniones con el ayuntamiento para arreglar cosas y también próximamente en la Junta. Además, el bar y lo que haga falta en la gestión», cuenta Olmeda, quien remarca que el Cacereño vive un momento de crecimiento y crediblidad social. «A día de hoy, los jugadores están al día, y eso es importante». Guello, el tercer hombre, dixit.