A Ramón Calderón se le acumulan los problemas. A la crisis que vive el equipo se ha añadido la irrupción de Florentino Pérez en el panorama futbolístico. Ver al expresidente blanco en Fez (Marruecos) junto a Zidane y Ronaldo ha sacado de sus casillas al mandatario de la entidad. "Me da pena que cuando se habla de una minicrisis o de perder partidos, ese señor aparezca en la vida pública", declaró ayer un indignado Calderón. Unas palabras que vuelven a poner mucha distancia en la pretendida unión del madridismo.

Al presidente del Madrid se le aparecieron todos los fantasmas cuando vio la figura de Florentino Pérez envuelta en su típico traje azul. A estas alturas, el actual máximo dirigente blanco debe saber que el presidente de ACS tiene decidido presentarse a las elecciones del 2010. Es más, el hijo de Pérez reunió hace unas semanas a los allegados de su padre para comunicarles la intención de Pérez de acudir a los comicios y, en caso necesario, convertir al club en sociedad anónima deportiva.

UN DURO ENEMIGO Mucho más cerca que las elecciones está la asamblea del 7 de diciembre, que Calderón ha fijado en medio de un puente. Eso no impedirá que los hombres de Pérez se dejen notar, como ocurrió en la última reunión con los compromisarios, en la que se pidió a gritos la dimisión de Calderón. Que el presidente haya recuperado parte del control asambleario no impedirá que la guerra civil con el exdirigente viva otro capítulo.

El último le ha sentado fatal a Calderón, que ha decidido pasar al contrataque. Ahora ya no tiene que enfrentarse a los candidatos a las últimas elecciones, sino a un gran enemigo, que mide perfectamente sus pasos y que acostumbra a salir triunfador en todas sus batallas.

Calderón teme a Pérez y no le faltan argumentos. Pese a que fue precisamente el entonces presidente el que incluyó en su junta a Calderón en el 2002, dos años después de llegar este a la presidencia la relación entre ambos es inexistente. Durante este tiempo no ha habido noticias de Pérez. Ni se le ha visto por el Bernabéu ni hablando de fútbol.

Sin embargo, aparecer con Zidane y Ronaldo, dos de los galácticos que él contrató, le ha supuesto una mala digestión a Calderón. Eso sucede en un momento en el que el Madrid no tiene un solo jugador que marque diferencias, a excepción de Casillas. El mensaje de Pérez se interpreta como que en un posible regreso, el Madrid volverá a tener a los mejores del mundo. Algo así como insinuar que con él Cristiano Ronaldo no se hubiera escapado. Pérez se marchó del Madrid el 27 de febrero del 2006. En su mensaje de despedida, apuntó que su salida era necesaria. "Soy un tapón que es necesario quitar y el club necesita un revulsivo", dijo entonces.

Esa manera de abandonar la nave es algo que Calderón le ha recordado en varias ocasiones al expresidente. Ahora, en cambio, no le perdona que reaparezca en un momento crítico.

"Hemos visto una foto muy triste de un expresidente que aparece en los momentos en los que teóricamente hay crisis. A mí me da pena. Me hubiera encantado ver esa foto cuando ganamos las dos Ligas o la Supercopa. Lo que ha hecho es escenificar lo que era un secreto a voces, que lleva dos años y medio entorpeciendo", declaró Calderón.

El presidente le recordó a Pérez la pésima operación del que fue su último fichaje. Sin nombrar al jugador, Cassano, Calderón se refirió a la llegada del italiano en invierno. "Espero que pose con otro jugador, que se llevó casi 4.000 millones de aquí, no suyos, sino del Real. Y lo hizo para fomentar la natalidad y reactivar la prostitución", dijo.