A Fernando Alonso ya no le asustan los Red Bull en calificación, y a Sebastian Vettel no le inquieta el ritmo de los Ferrari en carrera. Lo explican tras bajarse del coche, tras completar los entrenamientos libres en Montmeló, cada uno por su lado, pero bien podrían decírselo cara a cara, casi con sus narices pegadas, a gritos, como hacen los tipos de la lucha libre antes de los combates. Ellos, los pilotos, son menos corpulentos, pero más competitivos. La suya es una pelea que comenzó en el 2010 y sigue cada año, en cada carrera, con algunos invitados como Mark Webber, el colega de Vettel, el amigo de Alonso, y con Kimi Raikkonen, el hombre de hielo, la tercera fuerza de este Mundial con un gran Lotus.

"Uno de nuestros objetivos es mejorar la velocidad a una vuelta, la calificación", avanzó Nikolas Tombazis, el jefe de diseño de Ferrari, al llegar a Montmeló. Se han acabado por ahora los circuitos asiáticos donde adelantar es relativamente fácil. "Aquí ya es otra historia, y después viene Mónaco donde sí es importante un buen puesto en la parrilla", avanza Alonso.

Y las nuevas piezas del Ferrari han funcionado. A una sola vuelta, con el neumático más blando, sin gasolina (un ensayo de la crono), Alonso fue solo 17 milésimas más lento que Vettel en la segunda sesión. Una nada. "Antes llegabas a la clasificación pensado en Mercedes o Red Bull, que volaban, pero ahora ya no nos sentimos inferiores", aseguró Alonso tras bajarse del coche, al comprobar también que había sido unas milésimas más rápido que Webber y un par de décimas mejor que Hamilton. "Sabemos lo importante que es clasificar delante, pero hay que ser optimistas".

Alonso necesita un buen lugar en la parrilla para aprovechar lo mejor de su coche, la gestión de los neumáticos, su ritmo de carrera, el mejor de la parrilla como demostraron de nuevo los ensayos libres. "El coche fue competitivo en tandas largas", corrobora. Pero nada de todo eso asusta a Vettel. "Creo que siempre han sido fuertes en la carrera, así que ya veremos", dice el alemán, recordando mentalmente sus tres títulos consecutivos, o los 30 puntos de ventaja que mantiene sobre Alonso tras las cuatro primeras carreras de este año.

Eso sí, ya sabe que el cambio de neumáticos que tanto solicitaba, ese cambio al que accedió Pirelli, se ha quedado en poco: "No esperaba ningún milagro".