Pensar que la vigente campeona del mundo, la única selección en la historia que ha conseguido encadenar dos Eurocopas y un Mundial de forma consecutiva, pueda ser también la primera en no poder defender su estrella de campeona en Brasil 2014 no cabe en cabeza humana. Y, sin embargo, La Roja , el equipo que ha adornado y distinguido la evolución del fútbol ofensivo en la era reciente, está más cerca que otra cosa de tener que ser carne de repesca, algo que suena a anacronismo a quienes se habían acostumbrado a no bajar de lo más alto del cajón de los triunfadores.

Y ahí está España, con la amenaza sobre su cabeza de tener que pasar por un filtro que no aparece en su historial desde el 2005, cuando Luis Aragonés andaba aún lejos de tocar la tecla adecuada para iniciar la construcción del equipo dominador y referente del último lustro. Fue un cruce contra Eslovaquia camino del Mundial de Alemania, tan desigual como resultaría seguramente cualquier emparejamiento contra la mayoría de los restantes segundos clasificados en el resto de los grupos. Pero, a la vista del bajón de rendimiento que experimenta el equipo dirigido por Vicente del Bosque, cualquier temor a que la inseguridad se multiplique es lícito.

REVANCHISMO No quiere España salir marcada esta noche del Stade de France ante un rival para el que la partida va mucho más allá de una revancha por la clara derrota encajada ante los españoles en Donestk en los cuartos de final de la última Eurocopa (2-0). A los franceses les resultó aún más doloroso ser humillados en su estadio en el amistoso del año 2010 (0-2). Aún resuena en las gradas de Saint Denis la bronca continua que los blues tuvieron que soportar de su público y el reconocimiento hacia un rival que ya apuntaba directamente al Mundial de Sudáfrica.

Con la cita sudafricana como referencia, hay quien ha querido comparar la situación planteada tras el empate en Gijón con la ola de pesimismo y críticas que levantó la derrota en la jornada inaugural ante Suiza. Ya nadie discute la composición del doble pivote, pero sigue en danza la idoneidad de jugar con delantero centro verdadero o no cuando las circunstancias aconsejan más un perfil rematador cuando se trata de echar abajo un frontón.

No será lo de Finlandia, pero tampoco hay que esperar que Francia vaya a desbocarse. "Empatar es un resultado interesante", admitió ayer el seleccionador francés, Didier Deschamps, dos días después de haber declarado que "hacer lo que hicieron los finlandeses es la única manera de hacer daño a España". Hay otra, la del segundo tiempo del partido disputado en el Calderón en octubre, cuando Francia, tras la irrupción de Valbuena, desarboló a España y Giroud empató a última hora tras un error de Juanfran.

RESPALDO A ARBELOA "Ojalá Francia se meta tan atrás como los finlandeses y estuviera todo el partido ahí. Normalmente acabaríamos ganando... Pero será un partido mucho más abierto y creo que lo vamos a conseguir. No tenemos ninguna ansiedad", dijo ayer Del Bosque, que tirará de Xavi y Xabi Alonso, ausentes contra Finlandia, para liderar la reacción. "Nadie va a jugar forzado. Xavi es su mejor médico y si nos dice que está en condiciones, jugará", afirmó. Lo mismo vale para Alonso, pero ambos se han entrenado sin novedad desde el domingo. De Xavi, por cierto, partió la iniciativa de invitar a Casillas, que anoche llegó a París para arropar al equipo.

Tampoco faltará en la alineación Arbeloa. "Siempre ha hecho muy buenos marcajes a Ribéry", señaló Del Bosque al ser preguntado si se ha planteado devolver a Ramos al lateral derecho. Calificó, por otro lado, como algo "natural" que un lateral y un central tengan disputas como la que protagonizaron el lateral blanco y Piqué tras el gol finlandés. "No vi animosidad alguna", dijo.