Confirmado, sí, sí, dada la temporada que lleva el Real Madrid, en la que no ha ganado final sin prórroga, en la que está abonado alminuto 93 (o más allá) y, cómo no, a arbitrajes como el del colega Janny Sikazwe, de Zambia, donde, como todo el mundo sabe (incluida la FIFA, claro), se practica el mejor fútbol del mundo y la intensidad de su Liga hace que nazcan ahí los mejores colegiados del momento, acaba de saberse que Hacienda le devolverá dinero a Cristiano Ronaldo, pese a las muchas inspecciones que tiene abiertas por culpa de sus cuentas en paraísos fiscales. Y es que, ya se sabe, “es tan Cristiano, que hasta tiene su dinero en las Islas Vírgenes”. Hasta en eso, el Real Madrid tiene suerte.

Ya no hablemos de su último triplete, el de hoy, en Japón, donde, como el Real Madrid, sin pegar golpe y con once, aunque Sergio Ramos debió ser expulsado por doble amarilla (¿dónde estaba el vídeo? ¡no hizo falta, Sikazwe lo tenía clarísimo!), ha conquistado el título mundial, completando lo que en la capital del reino ya consideran el auténtico triplete: Champions, Balón de Oro y Mundialito.

El Real Madrid pudomorir esta vez en el minuto 93, pero el japonés Endo falló el gol del triunfo

Hay que decir que el Kashima Antlers pasará a la historia como otro de los clubs que murió en la orilla, a los pies de los caballos, después de haber puesto a temblar a toda la parroquia merengue, que, sabedora de que iba a ganar en el prórroga, en el 93 (¡¡¡¡que ocasión tuvo el bueno de Endo en el 93 para llevarse el título!!!!), ni siquiera se creyó que Benzema pusiese por delante en el marcador a los blancos.

El Real Madrid, que ha sumado hoy su partido nº 37 sin perder, no cesa de enlazar milagros, flores en el culos, minutos 93, hazañas como la de Sergio Ramos, partidazos como el de hoy de Benzema y, por supuesto, abrazos del oso como el del colegiado Sikazwe, que no se atrevió a expulsar al señor minuto 93.

Y así, como la suerte que Zidane lleva pegada a su ajustado traje de Mango, va haciendo historia, llenando sus vitrinas e importándole un bledo no jugar a fútbol. Porque, incluso hoy, en Japón, ha merecido llevarse el susto del 93, pero el que tuvo el gol no fue el tatuado Ramos, sino el imberbe Endo. Y, claro, no es lo mismo, no.