Fernado Alonso lo tenía claro. "Para ser sinceros, no me interesa mucho un golpe de buena suerte esta temporada para subir al podio. Prefiero guardarlos todo para el año próximo". Ese era su deseo en el primer tercio de año y parece que los dioses de la F-1 le han escuchado. Suerte, lo que se dice suerte, no tiene. El podio se le ha escapado en las cuatro últimas carreras por averías, fallos de su equipo o mala suerte.

Y ayer en Singapur todo siguió por el mismo camino. Había reservado un juego de neumáticos superblandos nuevos para el último intento de la Q-3 , para atacar "con los viejos había hecho quinto" cuando el accidente de Rubens Barrichello acabó prematuramente la calificación. Hamilton, que ya había completado su segundo intento, fue el gran beneficiado y hoy saldrá desde la pole en el GP de Singapur (14.00 horas, La Sexta).

Sebastian Vettel también salió perjudicado. "Había marcado el mejor tiempo en el primer sector y creo que podía haber hecho la pole, pero la bandera amarilla me lo ha impedido", explicó el líder de Red Bull que necesita que Jenson Button no le coloque cuatro puntos de diferencia más para seguir optando al título.

El actual líder del Mundial no debe preocuparse mucho de los Red Bull, pero sí de su compañero Rubens Barrichello, más rápido otra vez en la calificación, y ya van cuatro consecutivas.

El brasileño consiguió el quinto mejor tiempo, mientras que Button se quedó atascado en la Q-2 (duodécimo). Sin embargo Barrichello perderá cinco puesto en la parrilla tras sustituir la caja de cambios. Por ahí atrás arrancará Kimi Raikkonen, que tras una victoria y cuatro podios en los cuatro últimos grandes premios se cayó al puesto 13º con el primer Ferrari.

Por arriba, Lewis Hamilton y Sebastian Vettel, Nico Rosberg y Mark Webber se jugarán el triunfo y el orden del podio. Justo por detrás, Alonso espera una carrera "a la defensiva". El asturiano ha cargado gasolina "para un primer relevo largo y un tercero lo más corto posible, porque los neumáticos superblandos no aguantan".