"El miércoles anunciaremos a nuestros pilotos" para la próxima temporada. La frase es de Flavio Briatore a la cadena Sky, no se sabe si en broma, en serio, o mitad y mitad. "Pues si anuncian los pilotos será sin mí porque yo no he decidido nada. Ya he dicho que no tengo nada claro para el año que viene, nada decidido y que tampoco es el momento ahora", rebatió Fernando Alonso ayer en Spa, tras quedar sexto en la calificación para el GP de Bélgica.

Todo está calentito, tanto que BMW, uno de los pretendientes del bicampeón, espera oficializar su pareja de pilotos el lunes 15, tras GP de Italia. El runrún del paddock apunta a un año más de Alonso en Renault antes de llegar a Ferrari en 2010. "Si Ferrari me quiere, me cogerá, y si no me quiere, no me cogerá. No depende si este año gana el título uno u otro piloto", dijo Alonso enigmático.

Pero Kimi Raikkonen no hace sino alimentar la sospecha del relevo en Maranello. Este era el fin de semana para reaccionar, de reducir los 13 puntos que le lleva Lewis Hamilton, pero el finlandés falló de nuevo. "Cometí un pequeño error en la curva siete (Les Combes). Estoy un poco desilusionado", dijo el ganador de las tres últimas ediciones en Spa. Arranca cuarto en la parrilla, en la segunda línea, la de los escuderos, porque Ferrari parece tener decidido quién es su número uno, algo que McLaren tiene claro desde antes de empezar el año. Mientras Felipe Massa y Hamilton se disputan la pole en cada GP, sus compañeros, Kovalainen y Raikkonen, salen más cargados de gasolina, lejos de la estrategia ideal.

MASSA, COMO EN HUNGRIA Esta vez Hamilton fue más rápido que Massa. "Desde Valencia trabajamos para hacer la calificación con el compuesto más duro. Ha sido la mejor opción y yo no he cometido errores", confirmó el inglés, pletórico.

A Felipe Massa solo le queda repetir la salida del GP de Hungría, en la que adelantó a los McLaren en la primera curva. "Será difícil repetirlo, pero confío en nuestra estrategia y nuestro ritmo de carrera".