Demasiada historia concentrada en Mónaco como para contentarse, mucho prestigio en juego cuando aparece el agua como para esconder los sentimientos. En el epicentro del automovilismo no hay indiferencia. O alegría radiante como la de Lewis Hamilton --"Estoy en el séptimo cielo"--, la de Robert Kubica --"No he cometido un solo error, ha sido un segundo puesto fantástico"--, la de Sebastian Vettel --"Es magnífico sumar los primeros puntos en este escenario"-- o el sentimiento de "desesperación" que invadió a Fernando Alonso, la confirmación de "una carrera muy negativa" de Kimi Raikkonen o la justificación con la que Felipe Massa explicó su fracaso: "Las circunstancias nos han perjudicado".

Hamilton se vio donde soñaba, recibiendo el trofeo del príncipe Alberto, dedicando el triunfo más prestigioso a su padre Anthony, a su hermano Nicholas, a su nueva novia, la escultural Miss Granada, a su amigo el rapero Puff Dady. "Un momento que jamás olvidaré", dijo. Tampoco el momento clave de la carrera. "Salí bien y pude adelantar a Kimi y atacar a Felipe, pero entonces empezó a llover más fuerte y al llegar a Tabac golpeé la barrera. Por suerte, la primera salida del coche de seguridad me ayudó y cambiamos de estrategia", insistió.

De un lado, el ganador; del otro, los que se han dejado puntos y orgullo en un mar de problemas. Raikkonen acabó embistiendo al pobre Adrian Sutil. "Lo siento por él. Perdí el control del coche al salir del túnel".Alonso tardará en olvidará que al principio, "pintaba bien con Kovalainen desde el pit lane y adelantando a Rosberg en la salida, pero llegué a la curva del Casino, hice aquaplaning y me apoyé contra el guardarraíl", explicó. La decisión de poner ruedas de agua extrema fue el tercer error. "A partir de ahí no cayó ni una gota y se fue secando, empecé a perder demasiado tiempo y llegó la desesperación". Y por medio un intento de rebasar a Heidfeld.

"pintaba bien con Kovalainen desde el pit lane y adelantando a Rosberg en la salida, pero llegué a la curva del Casino, hice aquaplaning y me apoyé contra el guardarraíl", "A partir de ahí no cayó ni una gota y se fue secando, empecé a perder demasiado tiempo y llegó la desesperación""Era un sitio imposible. Había una posibilidad entre un millón y no salió. La culpa es mía"