Se veía ganador del gran premio tras las sesiones del viernes, pero sus problemas en la clasificación le pusieron bajo la máxima presión y, en esa situación, Lewis Hamilton desata su carácter y no siempre en la mejor dirección. Condenado por un error en la estrategia de McLaren y sancionado por saltarse la chicane , el inglés arrancó noveno el gran premio dispuesto a todo, a todo, incluido llevarse por delante a Felipe Massa y Pastor Maldonado. A los dos les obligó a abandonar, y le impusieron dos sanciones --primero un paso por la calle de talleres y después con 20 segundos-- que desataron su furia verbal.

"En las seis carreras de esta temporada, he ido a ver a los comisarios cinco veces, es como una broma, es una ridiculez, delirante", se quejó con aspavientos. "Puedes adelantar aquí, pero raras veces tienes una oportunidad. Yo tenía una oportunidad, era mucho más rápido que Massa, estaba en el interior de la curva (Loews), él se metió al vértice demasiado pronto, intenté evitarle pero nos quedamos enganchados. Pero, por supuesto, yo fui el penalizado como viene siendo habitual. Me pasó en la clasificación, donde él me frenó. Y, vaya, me han vuelto a penalizar en la carrera", dijo con ironía.

Críticas para todos

En el caso de Maldonado, colisionó al intentar adelantarlo en la primera curva de Santa Devota. "El giró antes, cruzó todo el coche para evitar que lo adelantara y me golpeó, se puede ver en la televisión", se quejó antes de atizar verbalmente al venezolano y al brasileño: "Estos pilotos son totalmente ridículos y estúpidos". Aunque lo mejor es su explicación de por qué es el piloto más sancionado de los últimos tres años y medio: "Puede que sea porque soy negro, eso es lo que dice Ali G (un personaje ficticio interpretado por el actor británico Sacha Baron Cohen --el mismo de Borat-- que es blanco pero hace de rapero negro).

"Son sanciones absolutamente erróneas", insistió, quien asegura que nada de esto "afecta a mi confianza como piloto". Hamilton se siente el defensor del espectáculo: "La gente quiere ver más competición, más adelantamientos, y a uno lo hunden por intentar hacer estas cosas y dar espectáculo... Si golpeo a alguien, levanto la mano y digo OK, es mi culpa, entonces digo, yo soy el estúpido, pero este no es el caso". Y después de llamar estúpidos a sus rivales, de insinuar racismo (en tono de broma o no) entre los comisarios, va y dice que "trataré de mantener la boca cerrada y disfrutar del resto de la temporada, que seguro que va a ser muy interesante, pero como puedes ver ya sabes quién es (Vettel) quien acabará ganando". Y eso es lo que más le duele, lo que le saca de quicio. "Estoy emputecido por todo lo que está ocurriendo conmigo, me siento tan perseguido como Ayrton Senna", añade tras ver el documental que acaba de estrenarse este fin de semana. Y eso acabó por cabrear a Massa: "¿A sí? ¿Senna? Que se lo pregunten a Maldonado. Ese chico no puede seguir pilotando así, ni un día más, ni un día más".