Excluidos por mentirosos. Así ha sancionado la FIA a Lewis Hamilton y a McLaren, ese es el vergonzoso sambenito con el que desfilan desde ayer por el circuito de Sepang (Malasia). El campeón del mundo, que en el último año acumula una sanción cada tres carreras, ha estrenado un nuevo apartado entre los castigos de la FIA, el de "mentir deliberadamente". Por eso ha sido despojado del tercer puesto que le adjudicaron en el Gran Premio de Australia: cero puntos para él y cero puntos para su laureado equipo. A Jarno Trulli le restituyen en el podio y el resto, incluido Fernando Alonso, quedan como estaban.

LOS HECHOS El pasado domingo, en Melbourne, Jenson Button y Rubens Barrichello encabezaban el pelotón tras el coche de seguridad por el accidente de Sebastian Vettel y Robert Kubica a cuatro vueltas del final. Detrás de los dos Brawn GP circulaban Trulli, Hamilton, Glock y Alonso. Pero Trulli se fue por la hierba en la curva nueve y Hamilton le rebasó.

Es una maniobra lícita, totalmente legal (no se puede adelantar salvo que el coche que vaya delante tenga una avería o salida de pista), pero McLaren se equivocó --no habían visto las imágenes por el monitor-- al ordenar a su piloto por radio que dejara pasar a Trulli de nuevo. "Llamamos al director de carrera (Charly Waiting) para preguntar sobre la situación, pero no pudimos comunicar con él y por eso dijimos a Lewis que se dejara adelantar", explicó Martin Whitmarsh, el hombre que ha cogido el testigo de Ron Dennis.

Lo hizo frenando bruscamente y echándose a un lado, por lo que Trulli interpretó que le cedía su posición. Sin embargo, en la reunión con los comisarios deportivos del GP de Australia, Hamilton dijo que "estaba mirando la pantalla para comprobar que iba a la distancia adecuada con el coche de seguridad en pista y entonces Trulli me adelantó. No le cedí el puesto".

TORPEZA DE MCLAREN Hamilton no mencionó nada de la radio, ni de las órdenes del equipo, ni que se había dejado adelantar por Trulli por miedo a ser sancionado. Tampoco dijo nada el representante del McLaren. Pero sí lo afirmó después el piloto en la rueda de prensa posterior: "El equipo me dijo que dejara pasar a Trulli".

Es esa mezcla de torpeza y soberbia la que, por ejemplo, llevó a McLaren a ser excluida del campeonato 2007 por espionaje a Ferrari. Así que la FIA actuó ayer de oficio. Pidió las transmisiones por radio, analizó la telemetría y comprobó la maniobra de Hamilton, sus mentiras y las de su equipo. También el cinismo de McLaren para justificar el embuste: "El equipo creyó que las transmisiones de radio habían sido revisadas por la FIA el domingo tras el GP y, por consiguiente, no creía necesario debatir con los comisarios en esa fecha", escribieron ayer en un comunicado.

No hay antecedentes en F-1 de una exclusión por mentir. Ese dudoso honor es para Hamilton, el piloto que también tiene el récord de sanciones en una temporada, la pasada. En cinco ocasiones fue sancionado. La primera llegó hace ahora un año en Sepang, por obstaculizar a Nick Heidfeld en la calificación; la segunda, en Canadá, al embestir a Kimi Raikkonen; luego adelantó a Sebastian Vettel atajando por una chicane en Francia; repitió maniobra y sanción con Raikkonen en Bélgica, y echó de nuevo a Raikkonen de la pista en la primera curva de Japón. Nunca un piloto había sido sancionado tantas veces en un año.