No le gusta que le toquen, pero Lewis Hamilton se lanzó a los brazos de la multitud de aficionados que esperaban la celebración de su triunfo. La pancarta de Hummer time se repetía entre las abarrotadas gradas de Silverstone, y Lewis sacó el martillo. Lo hizo durante todo el fin de semana. Fue el más rápido en todas las sesiones y, cuando la carrera se lanzó tras el coche de seguridad, fue el más rápido con agua y sin ella. No dio una sola opción a nadie, tampoco a su compañero Nico Rosberg, que tuvo bastante con su pelea con Max Verstappen por la segunda posición. El Mundial entre los dos pilotos de Mercedes no puede estar más apretado: Rosberg, que acabó segundo, fue sancionado con 10 segundos por recibir instrucciones técnicas de su ingeniero y fue relegado a la tercera plaza, lo que coloca a Hamilton a un punto del lider. ¿Qué sensación deja este GP?, que Hamilton no tiene más rival que las posibles penalizaciones por cambio de motor.

EL TEMOR DE HAMILTON El almacén de repuestos en el boxe del inglés dice que cuando no se ha cumplido aún el ecuador de la temporada, ya no le quedan más motores, ni turbos, ni unidades MGU (eléctricas), sin que incurra en sanción (10 puestos por cada cambio). Por eso, durante buena parte de la carrera, "me dedique a mimar el motor, porque sé que es el último sin sanción". Pero hasta que pudo hacerlo tiró como un poseso, primero con el neumático intermedio, cuando el asfalto se iba secando, después con el de seco.

Rosberg nunca tuvo "el ritmo par seguir a Lewis". El alemán centró todos sus esfuerzos en defender la segunda plaza frente a la bendita insolencia de Verstappen. La joya de Red Bull adelantó al alemán cuando la pista estaba húmeda aprovechando su talento y las excelencias del chasis y la aerodinámica del juguetón Red Bull, que salen a relucir cuando el agua deja en un segundo plano el motor. Con la pista ya seca, el alemán devolvió la maniobra al holandés de 18 años. Pero fue entonces cuando Mercedes le dio instrucciones prohibidas por el reglamento para solucionar un problema de software en su caja de cambios.

Hamilton, Rosberg, Verstappen y casi toda la parrilla sufrieron sustos en la frenada de la primera curva, Abbey. Carlos Sainz fue de los que arriesgó para poder transitar en una brillantísima sexta plaza superando a los dos Ferrari, pero un trompo le costó dos posiciones.

Era el día para arriesgar, y así lo hizo también Fernando Alonso, víctima de otra excursión. "Cuando estaba húmedo estábamos ahí, peleando, y cuando me salí estábamos luchando con Williams, con uno delante y otro detrás. Estábamos en la pelea, pero para adelantar nos faltan, como pocos, 80 o 100 caballos; de lo contrario, tenemos que intentarlo en zonas imposibles y, claro, a menudo nos salimos de la pista".