Era un asunto comprometido, y decidió hablar en inglés para poder expresarse mejor y recurrir a la ayuda de un traductor para que interpretara correcta y fielmente sus palabras. Anda serio Thierry Henry porque su etapa en el Barça no se acerca al paraíso que tal vez imaginó cuando el pasado 25 de junio 30.000 personas le recibían entregadas en el Camp Nou. Ayer quiso dar una explicación, o las explicaciones, al bajo rendimiento que ha ofrecido. Y una de ellas no se refiere al futbolista, sino a la persona. Al padre separado que tiene una hija y no la puede ver.

¿En qué puede mejorar hasta final de temporada? "Ver un poco más a mi hija me ayudaría", contestó Henry a la última pregunta, después de una media hora que empezó del mismo modo, con una alusión voluntaria a su vida privada.

El francés, reacio y refractario ante los periodistas --adjetivó con un término traducible como "basura", "mentiras" o suciedad" algunas cosas que se dicen y se publican sobre él--, dijo: "un padre que ve a su hija 5 veces en 8 meses no puede estar contento, pero esto no tiene nada que ver con el Barça. Estoy acostumbrado a las críticas".