Mario Ancic, el jugador secundario de Croacia, ensombrecido por el prolongado pero reciente impulso asumido por Ivan Ljubicic, arrebató a su compatriota el papel de héroe y llevó a su país a la conquista de la Copa Davis, la primera en la historia de este joven territorio, tras ganar a Michal Mertinak, el recurso de última hora empleado por Eslovaquia y sustituto de Karol Kucera, por 7-6 (1), 6-3 y 6-4.

Miloslav Mecir y su grupo han pagado la falta de consistencia de un cuarteto excesivamente sostenido por Dominik Hrbaty dada la ausencia de su número dos, Karol Beck. Ni siquiera la fortaleza del Sibamac Arena, un recinto coqueto pero intimidatorio donde sucumbieron antes España, Holanda y Argentina, ha podido con la solidez de Croacia.

La baja de Beck, cargada de sospechas y especulaciones, desequilibró las fuerzas, desanimó a su conjunto y condicionó la final. Envuelta en una lesión de rodilla como excusa pero ensombrecida por un presunto positivo por dopaje, la baja del número dos centroeuropeo minó los recursos del equipo de Mecir.

HASTA EL FINAL Hrbaty asumió la responsabilidad. Aunque su compatriota ausente fue el decisivo en las rondas precedentes, sobre todo en los encuentros de dobles. Las alternativas como Karol Kucera, que llegó a ser sexto jugador mundial, pero que afrontó la eliminatoria cerca de la jubilación, y Michal Mertinak, reputado doblista, no resultaron fiables.

El número uno eslovaco rescató la Ensaladera cuando parecía perdida después del encuentro de dobles. Venció contra pronóstico a Ljubicic, intratable en pista rápida pero que se doblegó en cinco mangas (4-6, 6-3, 6-4, 3-6 y 6-4) frente al ídolo local.

Hrbaty, el único que ha ganado sus dos individuales, dejó la Davis en el aire. Sin dueño. A expensas del quinto punto y en manos de Mertinak, un subalterno que no pudo dejar de serlo.

Ancic, una prometedora raqueta, alumno aventajado del legendario Goran Ivanisevic, rentabilizó su talento para disfrutar de un triunfo histórico, probablemente el de mayor envergadura para su joven nación.

Ancic rentabilizó su servicio. Pese a la presión del público, sólo lo cedió una vez, en el tercer parcial, cuando su rival ya estaba con el agua al cuello, llevó la gloria hacia su país y unos significativos honores para su capitán Nikola Pilic, primero en lograr el título con dos países diferentes: con Alemania --1988, 1989 y 1993-- y ahora con Croacia.