Rusia ha dado hoy toda una lección de cómo se juega al fútbol ofensivo. Trabajo de todos, toques rápidos, desbordes, paredes y finalización de jugadas. Así se mostró el equipo del hoy gigante Hiddink que, perfectamente liderados por un genio llamado Arshavin, han dado todo un recital sobre Holanda, que ha demostrado, como se esperaba, que sólo sabe jugar bien a la contra. Los tulipanes no fueron capaces de superar en ningún momento a Rusia, y su único peligro durante 120 minutos llegó a balón parado, donde la defensa soviética mostró su fragilidad. De ese modo llegó el empate de Van Nistelrooy, en el 85, después de que Pavlyuchenko adelantara a los suyos en el 55. Pero hoy el fútbol sí quiso ser justo, y en la segunda mitad de la prórroga le dio la victoria a Rusia merced a un tanto de Torbinskiy tras una jugada estratosférica de Arshavin, y a un tercer tanto obra de este menudo delantero que va camino de convertirse en un grande de Europa.

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