Real Madrid - 2: Casillas; Miguel Torres, Pepe, Cannavaro (Gago, m.61), Heinze; Lass, Sneijder (Van der Vaart, m.74), Robben, Higuaín; Raúl y Huntelaar (Guti, m.61).

Valladolid - 0: Asenjo; Pedro López, Luis Prieto, Iñaki Bea, Marcos; Borja (Aguirre, m.82), Alvaro Rubio, Pedro León (Víctor, m.76), Escudero, Cannobio (Ogbeche, m.87) y Goitom.

Goles: 1-0, m.44: Raúl. 2-0, m.82: Robben

Arbitro: Rafael Ramírez Domínguez, del Comité Andaluz. Mostró tarjeta amarilla a Luis Prieto (m.17), a Cannavaro (m.59), Gago (m.65) y Guti (m.87)

Incidencias: Encuentro disputado en el Santiago Bernabeu ante 70.000 espectadores. Fabio Cannavaro lució un brazalete negro en memoria de las víctimas del terremoto que sacudió una zona de Italia esta semana.

El Madrid sacó adelante, sin aspavientos y sin brillantez, la visita del Valladolid, amparado sólo por el talento individual de algunos jugadores, como el argentino Gonzalo Higuaín, que propiciaron un triunfo fundamental para mantener la estela del líder y la fe en sus posibilidades en la Liga.

El equipo de Juande Ramos se ha acostumbrado a transitar sobre el alambre. A convivir con la incertidumbre. No dio aspecto de campeón. Y sólo el empuje del atacante argentino, el oportunismo de Raúl o la definición de Arjen Robben, alimentaron las razones de su triunfo.

Condicionado por el ritmo impuesto por el Barcelona, el Real Madrid asumió su envite urgido por la necesidad. Para no perder más de vista el liderato.

Aun sin brillantez, viene respondiendo el cuadro blanco. Presume de números de campeón desde la llegada de Juande Ramos a su banquillo. Para la visita del Valladolid acumula el Real Madrid 40 puntos de los 45 disputados en Liga. Trayecto de campeón que en esta ocasión puede no ser suficiente. La dinámica impuesta por el Barcelona deja al cuadro blanco con escaso margen de error y cada vez con menos horizonte. Con una propuesta de juego discutida el Madrid está al acecho del liderato.

Amarrado a la única opción para terminar airoso el curso, la Liga, agota sus fuerzas en un ejercicio de persecución permanente. Lo que conlleva un doble esfuerzo. A la motivación que ejerce ese acoso se le añade la erosión mental de un esfuerzo continuo, sin fruto y con cada vez menos tiempo para encontrar la cima.

Puede ser por eso que Juande Ramos decidió afrontar la visita del Valladolid con todo. Prescindió del argentino Fernando Gago, un fijo hasta ahora en la medular. Y situó al lado del francés Lassana Diarra, anclado en la titularidad, al holandés Wesley Sneijder. Más movilidad de balón. Más ataque. A partir de ahí, todo futbolistas con la mirada hacia adelante. Robben, recuperado, el argentino Gonzalo Higuaín tendido a la derecha. Raúl y Huntelaar.

EMPUJE BLANCO En el tramo final del primer tiempo apretó el bloque de Juande. Fue en una acción aislada de Higuaín que salvó Asenjo. No pudo hacer lo mismo el meta en la siguiente. Otra jugada generada por el argentino, de largo, el futbolista más enchufado a la situación de su equipo. Encontró el camino entre dos zagueros y su centro lo aprovechó Raúl para el 1-0.

El tanto no agitó la dinámica a la vuelta de vestuarios. Sólo la entrada de Guti a la hora de partido produjo cierto estruendo en la grada. Le acompañó Gago, por Cannavaro. Perdió parte del equilibrio el conjunto madridista, incapaz de resguardar el balón y alentando las posibilidades del cuadro de Pucela. Vivo siempre en el partido.

Fue en un pase de Guti donde el Real Madrid se apartó del alambre y cerró el partido. Robben aprovechó el centro.