Es hermoso que el automovilismo español posea una escudería en el paddock de la F-1, pero puede que las condiciones en las que el Team Hispania convive con los grandes equipos dejen mucho que desear.

Hispania ya ha gastado uno de los cuatro comodines que la Federación Internacional del Automóvil (FIA) concede a cada equipo esta temporada. La FIA, para que las escuderías no se pasen el día y la noche trabajando en los talleres, ha implantado un toque de queda: nadie puede estar en el box 10 horas antes de los ensayos de viernes y sábado. Hay cuatro excepciones al año por equipo. Hispania gastó, la noche del viernes, su primer joker .

Y lo hizo porque trataban de montar, al menos, uno de sus coches. A falta de tres minutos para la conclusión de los primeros ensayos de ayer, salió a la pista dar una vuelta, ¡una!, pilotado por el italiano Vitantonio Liuzzi entre los aplausos (¿irónicos?) de los presentes. Narain Karthikeyan tendrá que esperar.

Clasificarse, un milagro

Lo malo no es eso. Lo malo es que la reinstauración de la norma del 107%, por la que ningún piloto podrá tomar parte en la carrera si su tiempo en la calificación supera en un 7% el tiempo de la pole, puede dejar hoy, fuera de la parrilla, a los dos Hispania. Si la pole fuese de 1.40 minutos, el límite sería de 1.47. Virgin anda al límite, pero Hispania lo tiene crudo, pues llegó a Australia sin haber rodado un solo kilómetro. Es una buena disculpa para que el director de carrera les repesque "por causas excepcionales", aunque puede que no haya moratoria para el equipo español que, de haberse aplicado esta norma en el 2010, no hubiese podido correr en cuatro carreras.

Responsables de Hispania, tal y como informaba ayer France Press, negaron "ferozmente" estar atravesando "dificultades financieras crónicas", aunque lo cierto es que su presentación en la primera carrera del año se antoja milagrosa. Y eso que su propietario, el español José Ramón Carabante, aspiraba, en diciembre, a pelear este año por lograr algún punto en carrera.